La Cultural tuvo en su mano la victoria en Riazor
La Cultural y Deportiva Leonesa logró rascar un empate (2-2) frente al Deportivo de La Coruña en Riazor. Los de Docampo dieron la cara frente al coloso de la categoría remontando un partido que se les había puesto «muy cuesta arriba» al encajar un gol al inicio de los segundos 45 minutos.
Pero la garra de estos jugadores unida al apoyo del casi centenar de aficionados leoneses que se desplazaron hasta A Coruña, aunaron al equipo hacia una victoria que tan solo se la pudo robar Yeremay.
Un 2-2 que deja al equipo leonés con un sabor amargo al ser conscientes de que podrían haber sacado 3 puntos del campo más complicado de toda la Primera RFEF.
Alineaciones
XI del Deportivo de La Coruña: Sousa; Antoñito, Lapeña, Jaime, Carnero; Olabe, Isi, Rubén Diez; Quiles, Svensson y Soriano.
XI de la Cultural Leonesa: Salvi; Saúl González, Trigueros, Jon Ander, Joel López; Tarsi, Presa, Solís; Querol, Obolskii y Alarcón.
Salvi Carrasco mantuvo a la Cultural con vida
Eduardo Docampo, consciente de que se jugaba el puesto en Riazor, decidió hacer cambios en el once inicial para cambiar la mala dinámica en la que estaba envuelta el equipo. La entrada de Saúl González por Joseba Muguruza y la de Néstor Querol por Álex Blesa además demuestra lo amplia que es la plantilla de la Cultural.
Pero el conjunto leonés no estaba firmando su mejor partido y es que, el Deportivo salió como una auténtica ‘apisonadora’ frente al equipo de Docampo. Un ‘rodillo’ que se fue sin anotar al descanso al encontrarse con uno de los mejores porteros de la categoría, si no el mejor, Salvi Carrasco.
El meta malagueño sacó a relucir sus mejores paradas en Riazor, desquiciado tanto a Quiles como a Soriano, que veían ‘misión imposible’ batir a Salvi Carrasco.
La Cultural no fue capaz de generar juego durante los primeros 45 minutos, siendo Salvi y la defensa los jugadores que sostuvieron al equipo que estaba siendo auténticamente nulo en ataque hasta la entrada de Diego Percan al terreno de juego.
Roberto Alarcón y Diego Percan volvieron «loca» a la zaga del Depor en Riazor
Con el inicio de la segunda mitad llegó el primer gol del Depor, siendo Alberto Quiles quién aprovechó para perforar la portería de Salvi y poner al conjunto coruñés por delante en el marcador.
Después de tal varapalo, muchos pensaban que la Cultural se iba a amedrentar, pero lejos de eso el conjunto de Docampo dio un paso adelante y volvió «loca» a la zaga deportivista gracias a Diego Percan y a Roberto Alarcón.
La alegría duró poco en Riazor, siendo Roberto Alarcón el jugador que aguó la fiesta a la afición deportivista marcando un auténtico golazo desde fuera del área donde Sousa no pudo hacer nada.
La reacción de la Cultural era una realidad y después del tanto de Alarcón llegó el de Jon Ander, que fue anulado por el asistente. Pero el equipo no desistió y fue Diego Percan quién puso a la Cultural por delante en el marcador sobre la hora de partido marcándose una jugada individual de quilates.
El ariete leonés fue capaz de irse en velocidad y en regate de Isi Gómez, dejándole literalmente sentado, para recortar a un zaguero dentro del área y batir a Sousa poniendo el 1-2 en el marcador. Percan se acercó a la afición culturalista señalándose el escudo al sentir los colores por ser canterano.
Los cambios de Docampo abocaron al equipo al empate
Eduardo Docampo volvió a errar en los cambios y es que, cuando mejor estaba la Cultural y más estaba sufriendo el Depor, el técnico vasco decidió introducir a Cristian Pérez para tener a seis defensas atrás y la historia volvió a acabar mal.
Con los cambios realizados, el Depor se vino arriba y comenzó a apretar también la afición que aunaron al equipo al empate, anotado por Yeremay cinco minutos antes de que se acabará el tiempo reglamentario.
Una vez más Eduardo se vuelve a equivocar y pasó de poder ganar en Riazor a sufrir para salvar un punto que de no ser por Salvi en los minutos finales, podría haber sido un desastre de partido
De igual forma la Cultural fue capaz de llevarse un punto en Riazor y dio una alegría a la afición después de dos partidos donde las decepciones fueron bastante grandes.