El mes pasado la peseta volvió a nuestras vidas, aunque fuera sólo de modo anecdótico. Y es que la «rubia» volvió a estar de actualidad porque el Banco de España abrió un plazo extraordinario para que todos los españoles que todavía conservaran pesetas en sus casas, pudieran cambiarlas por euros. Y es que los españoles todavía albergábamos de media pesetas con un valor de hasta 1.580 millones de euros. Ahora te contamos por qué se le llama también duro a la peseta, la moneda española por excelencia.
Las pesetas nos acompañaron desde 1868 hasta 2002
Y es que las pesetas nos llevan acompañando desde 1868 cuando sustituyó al famoso real, que mencionan tanto las películas antiguas o coplas. Incluso nuestros abuelos todavía hablaban de reales. Lo curioso es que muchas personas llamábamos duros a las pesetas, sobre todo a las de poco valor como las 5 pesetas, las 25 pesetas o las 100 pesetas, que eran 1 duro, 5 duros y 20 duros respectivamente.
¿Por qué llamábamos duros a las pesetas si era la misma moneda?
Aunque la mayoría de la gente no sabía por qué llamaba duros a las pesetas, lo cierto es que tiene su historia. Esta denominación se remonta nada más y nada menos que al siglo XV. Durante este siglo, la Corona de Castilla acuñó el real, que era utilizada en todos los territorios del Imperio Español, convirtiéndose en la moneda más importante de todo el mundo, algo así como el dólar en la actualidad.
La moneda más habitual era la de los 8 reales, pero el pueblo la apodaba peso de ocho, peso fuerte o peso duro, al tratarse de la moneda que más valor tenía, equiparable al dólar. Por economía del lenguaje al final se acortó a duro, denominación en España, o a peso, denominación en América. Cuando en el siglo XIX se introdujo la peseta, las personas comenzaron a llamarlas también duros porque eran parecidas a los reales y porque estos habían sido las monedas con las que estaban familiarizados.
El dólar estadounidense y el peso americano son herederos del real español
El real español fue utilizado incluso en los Estados Unidos hasta el siglo XIX y fue conocido como el dólar español en los países anglosajones. Incluso el actual y archiconocido símbolo del dólar se comenzó a utilizar para el real español. Hasta 1997 en la famosa Bolsa de Wall Street, el precio de las acciones en el mercado de valores se seguían midiendo en octavos de dólar, herencia de los ocho reales que se utilizaron en Estados Unidos. Todavía hoy numerosos países de América Latina y también Filipinas llaman a su moneda peso, en recuerdo a la moneda de 8 reales del Imperio Español.
Franco Dávila