Esta semana España está viviendo la primera ola de calor del año. Ha afectado a casi toda la Península Ibérica, a excepción del Cantábrico, y se han alcanzado incluso los 45 grados en algunos puntos como el Valle del Guadalquivir. Debido al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes. De hecho, hay estudios que vaticinan que cada vez habrá más olas de calor.
El cambio climatico y el calor extremo
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha confirmado que España ha duplicado las olas de calor en tan solo una década. Estos datos nos hacen pensar que en los próximos años las temperaturas continuarán incrementado, hasta el punto de que el verano que estamos viviendo actualmente pueda ser considerado como frío en el futuro. Según la propia agencia estatal, en unas décadas los termómetros marcarán entre 5 y 10 grados por encima de los valores medios que se registran en la actualidad.
Qué es considerado ola de calor
Para que una ola de calor sea considerada como tal es necesario que se cumplan tres requisitos: en primer lugar que las temperaturas sean muy altas. Esto significa que tienen que ser un 5% más calidad que las habituales en verano. También tiene que afectar a gran parte del territorio. Y por último, prolongarse como mínimo un período de tres días.
Como hemos comentado, según datos de la AEMET, las olas de calor se han duplicado en los últimos diez años. Mientras que en los años 80 y la década de los 2000 hubo entre 10 y 12 olas de calor cada década, es decir, una ola por año, desde el 2010 a 2020 ha habido 24. Por lo tanto, la tendencia es que cada vez sean más intensas y frecuentes.
En definitiva, se necesita una solución urgente. Los efectos del cambio climático son cada vez más visibles. Incendios, inundaciones y temperaturas extremas son algunos de los fenómenos que las poblaciones están padeciendo. Si no cambiamos próximamente nuestra conducta, ¿cuándo lo haremos?
Virginia González