¿Cuál es el motivo de regalar flores en San Valentín?
Las flores el día de San Valentín no pueden faltar, puesto que es una tradición muy arraigada, y raro es no encontrar a una persona con un ramo en la mano.
Muchas parejas lo celebran regalándose también bombones y otros obsequios, pero las flores no pueden faltar si estás plenamente enamorado/a de tu pareja. Es todo un homenaje al amor, a la dedicación y la entrega, que debe de permanecer durante todos los días del año, no solo en esta fecha.
¿ Es solo cuestión de enamorados?
Pues claro que no, porque regalar flores en San Valentín también es un detalle con tu familia y amigos, hacia los que sientes un cariño especial, y se lo demuestras con ese gesto.
Además, se celebra en todo el mundo, pero con variantes diferentes, como por ejemplo en Japón. En este país, son las mujeres las encargadas de regalar flores a sus parejas, amigos o jefes. Pero lo importante es demostrar tu cariño por tus seres queridos de cualquier manera, y en todos los momentos del año.
¿Cuál es el origen del día de San Valentín?
Según algunos documentos de la época del Imperio Romano, Claudio II, el emperador de aquel entonces, pensaba que los soldados rendían mejor en la batalla sin familia.
Por el contrario, los que tenían algún tipo de atadura luchaban peor en la guerra, y de este modo decidió prohibir los matrimonios entre los jóvenes para evitar esta cuestión.
Pero había un sacerdote en Roma llamado Valentín, que estaba decidido a seguir celebrando los matrimonios de todo aquel que se lo solicitaba. Aún a riesgo de desobedecer las normas que había impuesto el emperador Claudio II en el siglo III. Por lo tanto, de forma clandestina, siguió casando a los jóvenes, aunque el emperador se enteró y ordenó su ingreso en prisión.
Una vez preso, uno de los guardias le propuso el reto de curar a su hija de una ceguera que padecía, y para sorpresa de todos, lo consiguió. Aún así, lo ejecutaron el 14 de febrero, después de que este guardia y su familia se convirtieron al cristianismo.
Y la joven , para homenajear a su sanador, plantó un almendro de flores rosas que simbolizaban el amor y la amistad.
Miguel Riesco