Con un paseo por León, El Trascoro y el Coro de La Catedral, seguimos por los rincones de nuestra ciudad de la mano de nuestro amigo el viajero, y centrados en conocer más afondo nuestra joya más preciosa.
El Trascoro
Obra excelente del siglo XVI, está constituido a modo de arco triunfal y sirve de cierre al coro. Presenta magníficos relieves y esculturas de bulto, destacándose por su interés los grandes medallones de alabastro que representan el nacimiento de la Virgen, la Anunciación, adoración de los pastores y la de los Reyes Magos.
Son obra estos medallones de Esteban Jordán, de quien son también las cuatro grandes esculturas de madera imitando mármol que rematan el conjunto. Representan a San Pedro y a San Pablo como columnas de la iglesia, a San Marcelo como patrón de la ciudad, y a San Isidoro como doctor de las Españas.
Sobre el arco, una hornacina contiene la imagen en alabastro de la Asunción como titular del templo, teniendo su equivalencia en el reverso la figura de San Froilán, patrón de la diócesis. Son obras asimismo de Jordán. Corona este conjunto una buena imagen del Crucificado, obra de carácter romanista que se viene atribuyendo a Bautista Vázquez pero que la consideramos de Gaspar Becerra.
El Coro
El coro de la catedral de León es el más importante del estilo gótico conocido en España. Tallado en madera de nogal de León, se comenzó en el año 1467. Sus artífices fueron Jusquín, Juan de Malinas y Copin de Holanda.
Es una de las joyas de la Catedral, y en sus orígenes, lo habían colocado cerca del altar mayor, para dejarlo en su actual ubicación a mitad del siglo XVII, para estar más cerca de los feligreses.
En la actualidad, el Cabildo trata de conservar al máximo esta gran obra, para la que tardaron cinco largos años en recoger la madera de los bosques leoneses, que necesitaron en su construcción.