El hombre de 83 años que mató de un disparo al ladrón que entró a su casa en Arafo, (Tenerife), en 2015 y que agredió y torturó a su esposa, ha sido condenado a dos años y medio de cárcel por un delito de homicidio, con la eximente incompleta de legítima defensa.
La Sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife hecha pública este jueves, también recoge una condena de dos años de prisión por tenencia ilícita de armas, si bien acuerda su suspensión bajo el compromiso de que no haya nuevos delitos.
Jacinto Siverio fue considerado culpable el pasado viernes por el jurado -desmarcándose de los posicionamientos de la Fiscalía- al considerar que, aunque actuó en defensa propia y la de su familia, tenía otras alternativas para salvaguardar su integridad física y la de su esposa sin matar al asaltante.
El hombre también ha sido condenado a indemnizar con 20.000 euros a la madre del fallecido.
Los hechos sucedieron en la noche del 1 de marzo de 2015 cuando dos hombres entraron a robar en la finca de Jacinto, que contaba por ese entonces con 80 años, disfrazados con caretas y armados con un formón y una pistola que era simulada.
Tras franquear el muro exterior, dice el Fallo, entraron en una edificación anexa en la que se encontraba Jacinto Siverio, obligándole a abrir la puerta de acceso al domicilio.
El ruido provocado alertó a la esposa del acusado y a su cuñada, que contaban con 69 y 64 años, quienes, encontrándose en el interior de la vivienda, se asomaron a la ventana del dormitorio del matrimonio, procediendo los asaltantes a fracturar la ventana con un palo y sujetar, al menos uno de ellos, a la esposa mientras su hermana lograba encerrarse en el aseo de la vivienda.
Mientras los asaltantes exigían la entrega de dinero en efectivo, relata el Fallo, Siverio se dirigió al dormitorio para sacar de una caja cerrada con llave, y depositada en un armario, un revólver marca Ruby del calibre 38.
Portando el arma en la mano regresó al ‘hall’, donde se encontraban su esposa y los asaltantes, realizando un primer disparo que impactó en el zócalo de la pared del ‘hall’ y un segundo disparo que impactó en el lado izquierdo del rostro del asaltante fallecido, causándole una herida de entrada del proyectil por encima del labio superior, desgarro de la yugular y salida del mismo por el lado derecho del cuello.
El asaltante herido pudo trasladarse hasta el patio trasero de la vivienda donde se desplomó, falleciendo como consecuencia de un ‘shock’ hipovolémico.