Un preso de la cárcel de Palma fue hospitalizado la semana pasada tras amputarse adrede un dedo y tragárselo después de que le negaran un medicamento en la enfermería del centro penitenciario. El hombre, en prisión preventiva por quemar viva a su expareja en Alcúdia hace dos años, fue trasladado de urgencia a Son Espases, donde quedó ingresado y fue sometido a varias pruebas y un examen psiquiátrico.
Al interno se le había aplicado el protocolo antisuicidios, estaba sometido a un tratamiento con antidepresivos y contaba con un preso de apoyo desde que hace un tiempo intentó ahorcarse. Este grave incidente se suma a una larga lista de quejas y conflictos por los recortes en la asistencia sanitaria y el suministro de fármacos a los reclusos, denunciados por funcionarios y presos.
Los hechos ocurrieron el jueves de la semana pasada, según fuentes del centro penitenciario.
Carlos Peña, de 38 años, acudió a la enfermería de la cárcel de Palma para pedir que le suministraran unas pastillas, pero el médico que lo atendió le negó esta medicación. A modo de protesta por esta decisión, el interno decidió autolesionarse. Con el filo de una lata de sardinas, se amputó uno de los dedos de la mano y lo engulló. Las fuentes consultadas difieren sobre el lugar en el que ocurrieron los hechos. Una de ellas aseguró que todo ocurrió en la misma enfermería y en presencia del médico, mientras otra explicó que fue en la celda, aprovechando que su compañero había ido al baño.
Examen psiquiátrico
Al descubrirse lo ocurrido, Peña fue atendido en la enfermería de la cárcel, donde poco pudieron hacer por él. Fue trasladado urgentemente en ambulancia al hospital Son Espases, donde los médicos lo sometieron a varias pruebas, como una radiografía para precisar la ubicación de la extremidad. Además, al tratarse de una autolesión, el recluso fue sometido a un examen psiquiátrico para determinar su estado de salud mental.
Carlos Peña permanece en el módulo de presos preventivos desde que fue encarcelado en julio de 2016 por asesinar a su expareja e intentar matar al bebé de 22 meses que tenían en común en Alcúdia.