La Voluntad inquebrantable y continuada en la determinación de hacer una cosa o en el modo de realizarla, es la constancia del río Curueño.
El poder de la constancia en un río, el Curueño
La naturaleza nos enseña muchas cosas, algunas realmente útiles. Una de ellas es el poder de la constancia.
La constancia acerca las metas y doblega lo aparentemente inabarcable; la constancia hace grande lo pequeño y, sin necesidad de prisas, abre caminos.
El joven río Curueño
Sólo así un joven río de montaña puede horadar la firme roca del sustrato para labrar su propio lecho e incidirlo cada vez más en el terreno.
La fuerza y la energía del agua dejan paisajes sin igual
Valiéndose de la energía del agua y sin más cinceles que los sedimentos que transporta, los ríos se apoyan en la constancia para alcanzar un objetivo que ni ellos mismos conocen, pero que hará que su cauce sea cada vez más estable.
Un regalo de la naturaleza que nos teletransporta a la paz y la tranquilidad
Y así, sin saberlo y a golpe de constancia, nos acaban regalando espacios tan hermosos como éste.
La bella imagen corresponde al: Río Curueño en las Hoces de Valdeteja (León).
Ricardo Castaño