La cultura de León está de luto y dice adiós la querido Cristóbal Halffter que fallecía este fin de semana a la edad de 71 años en Villafranca del Bierzo.
León de luto, dice adiós a Cristóbal Halffter
Nombrado leonés del año en el año 1995 este maestro de la música clásica contemporánea consolidó su carrera siendo una figura relevante en todo el ámbito europeo.
La música internacional se queda huérfana de su principal defensor de la modernalización de las verdaderas bases que está muy lejos del cliché nacionalsita.
La Generación del 51
Con la muerte de Cristobal, hijo del también director de orquesta Pedro Halffter, desaparece uno de los más destacados representantes de lo que se denomina la llamada Generación del 51. En la que también se incluyen Luis de Pablo, Manuel Moreno-Buendía o Antón García Abril.
«Sonata de Barce, Sonata para violín solo»
Su objetivo, más que conseguido, fue romper con la imagen nacionalista que imperaba. Todo, para introducir una modernización a la música volcando todo el esfuerzo en la música atonal.
«Sonata de Barce, Sonata para violín solo» de 1959, fue el empuje de su trabajo de tesis. Aunque tampoco podemos olvidar que uno de los momentos más destacados de su carrera data de 1989.
Rechazado por sus profesores
El motivo no fue otro que el rechazo por parte de los profesores de la Orquesta Nacional de España. Tirando por tierra toda posibilidad de llegar a ser director artístico de la Orquesta Nacional de España.
Es entonces es cuando decidió romper todos y cada uno de sus compromisos con la música contemporánea, el siglo XX en general y de la española en especial.
Esta decisión fue probablemente la que le tenía escondido el gran éxito. Ya que no podemos olvidar que fue el compositor de más de cien obras a lo largo de su carrera, como podemos nombrar entre ellas «Fanfarria para la paz».
Una obra muy española
Ni que decir tiene, ese carácter español que su obra tiene, y que le hará permanecer de por vida, en cierta manera.
Una obra muy española, que alcanzó su auge máximo, si es que cabía, en el año 2000. Cuando su obra ya estaba prácticamente escrita.
Noemí López