Los dulces sequillos, babianas y nicanores deleitan los paladares con su sabor único y tradición centenaria de la montaña leonesa
La montaña de León es conocida no solo por su impresionante paisaje y su rica cultura, sino también por sus exquisitos dulces tradicionales que deleitan a lugareños y visitantes por igual. Tres de los dulces más destacados de la región son los sequillos, las babianas y los nicanores, auténticas delicias que se elaboran con recetas ancestrales transmitidas de generación en generación.
- Nicanores de Boñar
Por último, pero no menos importante, los nicanores de Boñar se han convertido en todo un emblema de la región. Esta receta original de 1880 ha sido transmitida a lo largo de cinco generaciones de obradores artesanos, manteniendo viva la esencia de su creador, Nicanor Rodríguez. Estos pequeños dulces crujientes están compuestos por finas capas de hojaldre cubiertas de azúcar glas, y su delicadeza y sabor único los han convertido en una auténtica tradición para los leoneses. Guillermo Alonso, bisnieto de Nicanor, sigue preparando cada día estos deliciosos nicanores según la receta secreta de su antepasado.
- Babianas de Riolago
En la hermosa localidad de Riolago, en pleno corazón de Babia, las panaderías han dejado su huella desde 1961. Entre sus muchas especialidades, las babianas se han ganado un lugar destacado en la gastronomía local. A diferencia de las tradicionales pastas de manteca, las babianas sorprenden con un toque salado gracias a la incorporación de polvo de setas en su elaboración. Esta combinación única de sabores hace que las babianas sean irresistibles para los paladares más exigentes.
- Sequillos de Prioro
En el idílico valle de Priorio, los sequillos son una auténtica tentación para los amantes de los dulces. Estas pastas artesanales se caracterizan por su sencillez y su alto porcentaje de manteca de cerdo, que aporta una textura crujiente y un sabor inigualable. Pedro Riaño, maestro pastelero y propietario de la panadería, ha perfeccionado esta receta humilde que se ha convertido en un auténtico orgullo para la localidad de Prioro.
Los dulces tradicionales de la montaña de León son mucho más que alimentos, son una parte integral de la identidad cultural de la región. Su elaboración artesanal y la pasión transmitida de generación en generación hacen de estos dulces auténticas joyas culinarias que encierran siglos de historia y tradición. Si visitas la montaña de León, no puedes dejar de probar los sequillos, las babianas y los nicanores, auténticos tesoros gastronómicos que te transportarán a la esencia de esta maravillosa tierra montañosa.