La equiparación del permiso de paternidad al de maternidad, no cabe duda que es un gran avance en la igualdad, pues sirve para que no se discrimine laboralmente a la mujer por ser madre. Pero el hecho de obligar a los dos progenitores a coger ese permiso simultáneamente las seis primeras semanas, es otra cuestión.
El permiso de paternidad, sometido a análisis
Si alguna pareja quiere disfrutar del permiso de manera simultánea por circunstancias personales, debería ser decisión propia, pero no se debe obligar. Lo ideal sería que se pudiera disfrutar sucesivamente, para que el niño pueda permanecer más tiempo en casa con su familia, y evitar llevarlo a la guardería tan pequeño.
Además es la forma para que el padre se implique al 100% realmente: estar a solas con el bebé y no ser un simple espectador que a veces «echa una mano». Que esas 6 semanas no sean vacaciones.
También la igualdad se perdería si finalmente la mujer pide excedencia o reducción de jornada. Aunque la obligatoriedad de disfrutar a la vez de esas semanas establecidas, puede ser por presión empresarial. Para que los padres no estén tanto tiempo sin ir al trabajo. Y eso finalmente perjudica a la mujer, porque ella normalmente sí se lo va a coger todo junto, por recuperación física y por lactancia.
De este modo, algunas asociaciones en defensa de la igualdad han saltado a la palestra para analizar la legislación, y encontrar algunas deficiencias en estos permisos. Lo que tienen claro es que las mujeres van a estar a cargo de sus bebés a tiempo completo, mientras que los hombres no.
Por su parte, lo que han expuesto es que solo las dos primeras semanas sean simultáneas de forma obligatoria, para que después se turnen los dos en el cuidado de los hijos.