Últimamente, la céntrica Plaza de la Inmaculada de León aparece diariamente con excrementos de perros sin recoger y socavones en el césped. A pesar de los carteles que avisan de «obligado recoger excrementos», hay algunos ciudadanos que no lo tienen tan claro.
La Plaza de la Inmaculada es una de las más populares de León. Además de situarse en una buena ubicación, en pleno centro de León, es de las más bonitas de la ciudad. Por eso, mantenerla limpia es un deber de todos los leoneses y leonesas para que luzca bien.
Excrementos a diario en la Plaza de la Inmaculada
Pero en los últimos tiempos, debido a que algunas personas pasean a sus perros por esta plaza, se vienen encontrando excrementos en el césped. Pero no solo se encuentran cacas de perro, sino también socavones en el césped, producto de las excavaciones de los perros.
Los socavones pueden provocar caídas a los niños
Esos socavones además de afear el césped de la plaza, también pueden producir tropezones y caídas, sobre todo de niños que juegan en la plaza a diario. Por eso, debemos cuidar de nuestras plazas y parques, para los leoneses pero también para los visitantes.
Hay que recordar que no está prohibido pasear a los perros por está plaza. Lo único que está prohibido es soltar a los perros y no recoger sus excrementos si se cagan en el césped o en cualquier otro sitio de la Plaza de la Inmaculada.
Si queremos una ciudad bonita y un turismo de calidad, debemos cuidarla
Si queremos tener una ciudad limpia y bonita para un mayor bienestar pero también para un turismo de calidad, todos los ciudadanos debemos ser responsables y cuidar de nuestro entorno. Hay que tener un mínimo de civismo y solidaridad para que todo luzca bien.
A pesar del llamamiento a la responsabilidad individual de todos los ciudadanos de León, también queremos agradecer a los trabajadores de los servicios de limpieza su impecable labor recogiendo día a día los excrementos de los perros de sus dueños incívicos. Si todos remamos en la misma dirección, tendremos una ciudad limpia, además de bonita.
Franco Dávila