Los vecinos de la calle Pablo Flórez están hartos de las irregularidades de la obra que la empresa Domingo Cueto s.l. está acometiendo en la vía que une el Arco de la Cárcel con la Catedral.
A pesar del compromiso de finalización de la obra en cuatro meses, ya van seis meses y el estado de la calle es cada vez peor. Incluso los vecinos aseveran que «donde se había levantado el suelo para meter tubería nueva lo están levantando otra vez, no entendemos qué han hecho mal para tener que repetir el proceso y volver a levantarlo todo».
Además, aseguran que hay poco personal, y muchas faltas graves de seguridad en la calle. Verdaderas zanjas abiertas que resultan un peligro para el paso de los transeúntes y cientos de escolares que se aproximan a sus centros sin las adecuadas medidas de seguridad.
Una madre nos cuenta cómo los niños pasan por el barrizal cada mañana
Y en el recreo algunos de los mayores se han hecho selfies en los que se ve la profundidad de la excavación a sus pies.
«No sé si todos los padres estarán al tanto, pero las irregularidades son muchas no hay ni la mínima señalización correcta».
El restaurante mejicano situado en la misma calle se ha visto obligado a reducir su horario de apertura a la mitad, pues se queja que con el mal estado de la calle los clientes no se acercan. El encargado se queja, ha ido seis veces al Ayuntamiento, las quejas son en balde, no han puesto ni una sola pasarela de acceso,ni una tabla, ni una mísera chapa que facilite a los clientes la entrada. Las pérdidas se acumulan irremediablemente.
Los vecinos con bebés, carritos de la compra, el vecino que se compró una lavadora y al que le trajeron un sofá, los repartidores están que trinan, no quieren dejar paquetes en esta calle, hasta el cartero tiene que hacer virguerías. Lo lógico sería poner unas pasarelas de acceso a los portales como han hecho otras empresas en otras obras en la ciudad.
La gota que colmó la paciencia de los vecinos y comerciantes
La gota que colma el vaso ha sido cuando esta semana justo a la hora de inicio de las clases, han picado sobre una tubería de suministro de gas ciudad y ante la fuga que tardaron una hora en cortar, los vecinos han sido desalojados de sus domicilios así como algunos de los niños de Discípulas.
Los vecinos, cansados no sólo de las molestias que causan una obra y el retraso intolerable de su finalización; sino de la falta repetida de incumplimiento de las medidas de seguridad y del difícil pero inevitable acceso a sus casas.
Piden ya que la empresa se haga cargo de esta situación y minimice las molestias. Se habla de que no terminarán la obra al menos hasta Semana Santa.
«Nos llevamos la manos a la cabeza, la falta de profesionalidad y de responsabilidad en una obra así, en una localización como esta llena de escolares…lo denunciamos y nadie nos hace caso, esta tarde han puesto cuatro cintas para señalizar porque pasó lo del gas por la mañana, pero eso no es suficiente, estos señores se olvidan que esta obra se paga de nuestros impuestos, no hay derecho!!»