Cambian los tiempos y los nombres, pero siempre hay alguno que perdura por herencia familiar y tradición. Antaño a los niños se les llamaba según el santoral, el día que tocara. Otros quedaban para siempre sentenciados por algún error a la hora de inscribirle. ¡Cuántas veces se ha oído lo de la culpa fue en el registro!. «Yo me iba a llamar Jose, que así lo querían mis padres y al final en mi DNI pone Segundo».
Echando un vistazo por la provincia de León encontramos nombres singulares, algunos curiosos que sin embargo en la localidad donde se oyen son de lo más comunes.
Afrodisio y Leónidas son dos de esos nombres que pueden costar entender. Lo mismo ocurre con los esdrújulos Melquialdes, Gorgonio o Higinio.
Nombres de hombre con tradición
Tampoco es difícil encontrar algún leonés llamado Clodaldo o Canuto.
Hipólito, Teófanes y Acisclo son de esos nombres que de nuevas pueden resultar peculiares pero que realmente llevan «más años que el catarro». Lo sorprendente es que aún alguno de estos nombres conviven en las aulas con los Kevin, Mateo o David más populares entre las parejas jóvenes para «bautizar» a sus pequeños vástagos.
Por supuesto, en León es muy común Guzmán y Froilán, nombres que en otras zonas geográficas no son tan habituales como aquí donde también abundan los Pelayo.