Pilar Urbano, autora del libro ‘La piiza 25’, acudió al Chester para hablar con Risto Mejide sobre los entresijos de la operación montada para salvar a la Infanta Cristina de ser imputada y juzgada. Al final no se libró y declaró como investigada para después sentarse en el banquillo de los acusados al no haber convencido con sus respuestas al juez Castro, instructor del Caso Nóos. De todos modos, salió absuelta.
La escritora comentó que Iñaki Urdangarin tiene que entrar en la cárcel sí o sí porque si no lo hace, «Felipe VI se juega la Corona. Están en la balanza, por un lado la imparcialidad de la Justicia, y por otro la ética de la Corona. La Corona no está para hacer juegos».
Felipe VI salió en la conversación, y Pilar Urbano no hizo otra cosa que alabarle: «El papel de Felipe VI ha sido muy bueno, totalmente distinto de su padre». Comentó además lo ocurrió entre el Monarca y el que fue Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, presente en la reunión en la que se acordó que la Infanta Cristina debía ser salvada.
«A la Infanta, trátesela como a cualquier ciudadano», le dijo el Rey al Fiscal General del Estado: «Señor, en eso no vamos a poder hacerle caso». Sorprendido, el Monarca preguntó que por qué, a lo que Torres Dulce le espetó: «Porque ya nos hemos comprometido con el Rey«. De nada sirvió que Felipe VI recordara que el Rey era ahora él, porque la Fiscalía no podía cambiar de criterio de la noche a la mañana.
Reunión en La Zarzuela
Con la Infanta Cristina, el Rey ha sido implacable por mucho que le doliera perder a su hermana del alma: «La ha expulsado de España, del Ducado de Palma, le ha dicho más; que no se instale en España».
De todos modos, el Rey Juan Carlos ayuda mucho, porque no solo le consiguió trabajo en Ginebra gracias a su amistad con el Aga Khan, sino que paga el colegio de los hijos de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin y ha costeado la defensa de la Infanta.
Por otro lado, la autora de ‘La pieza 25’ fue más allá con aquella reunión en la Zarzuela en la que estuvieron el Rey Juan Carlos, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardó, el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, y otra persona, un hombre importante que acudió de oyente y cuya identidad no ha querido revelar por mucho que le ha insistido Risto Mejide: «El Rey Juan Carlos dice ‘de ninguna manera la Infanta se puede sentar como imputada ante el juez Castro. ¿Este Castro de qué va? ¿se ha vuelto loco?'».
De ahí sale la hoja de ruta marcado por el fiscal Horrach para conseguir que la Infanta no sea imputada: «El acusador pasa a ser defensor de la Infanta. Trataron de recusar al juez, le persiguieron, le rajaron las ruedas del coche… lo hicieron los sicarios que se encargan… fue ordenado por quienes querían salvar a la Infanta, no es el Rey Juan Carlos, no es el CNI, no es la Policía…». El juez Castro no cedió y la imputó dos veces.