Desapareció en extrañas circunstancias a finales del mes de agosto. Casi un año más tarde la Guardia Civil hallan muerto en un pozo al joven desaparecido el verano pasado en un chalé de Galapagar.
El cuerpo sin vida del joven, de origen magreví y nacionalidad española, se encontraba flotando en el agua dentro de un pozo situado en una vivienda unifamiliar en el cruce de las calles Guijarro y Ermita de la citada localidad madrileña.
Según cuentan los vecinos, el chalet se alquiló a principio de este año. Los nuevos inquilinos llevaban varios meses quejándose del pestilente olor tan desagradable. Con la llegada de las altas temperaturas el hedor se incrementó notablemente. Hasta que el pasado domingo descubrieron que provenía del interior del pozo.
Los inquilinos de la vivienda dieron el aviso a la Guardia Civil y a la Policía Local al descubrir que a cierta profundidad flotaba un cuerpo. Una vez en el lugar de los hechos las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado rescataron el cadáver del joven del interior del pozo.
El cuerpo sin vida se encontraba vestido con la misma ropa con la que había sido visto por última vez el año pasado. Asimismo no portaba ningún tipo de documentación. A pesar de la extrañeza de la situación y el desarrollo de los hechos, los amigos y allegados del joven sospechan que pudo ser arrojado en el interior del pozo. Donde tampoco se ha encontrado su teléfono móvil.
Sin embargo cabe destacar que las suposiciones de los agentes apuntan a que fue accidental.