Cierre patronal de una de las empresas más grandes en Asturias, en respuesta a los paros propuestos en la Acería de Gijón. ArcelorMittal ha decidido que debe actuar de este modo, puesto que es imposible continuar con el proceso productivo. Lo peor es para los trabajadores, que se quedan sin empleo y sueldo, a lo que los sindicatos han anunciado acciones judiciales.
El cierre patronal, puede afectar a uno o varios centros de trabajo, y es una reacción ante el ejercicio del derecho fundamental de huelga. Supone que el empresario decide la paralización total o parcial de las actividades económicas, dejando a los empleados desamparados.
El cierre patronal de ArcelorMittal Asturias
La dirección de ArcelorMittal en Asturias, anunció que este cierre patronal es la respuesta al seguimiento de la huelga, por un número importante de los trabajadores. Estos parones los anunciaron los sindicatos, para el centro de trabajo de la Acería de Gijón, estos días anteriores. Según la empresa, es imposible continuar con el proceso productivo en estas condiciones, sin poner en riesgo las instalaciones y a las personas que acudan a trabajar. También ha anunciado que este cierre durará mientras persistan los indicios de huelga, y afecta a sus 300 trabajadores.
La huelga convocada el pasado jueves por los sindicatos, consiste en paros de más de una hora por la mañana y a primera hora de la tarde. De este modo, la dirección de ArcelorMittal Asturias, considera que no pueden permanecer abiertas las instalaciones, por lo que ha optado por esta decisión.
Los sindicatos por su parte, han advertido a la dirección de la empresa, que esta decisión es del todo inaceptable. Por lo tanto, si esta empresa no reconsidera su postura, tomarán las medidas legales correspondientes, puesto que están vulnerando los derechos básicos de los trabajadores. Según el Secretario General de CCOO en ArcelorMittal, José Manuel Castro, la empresa actúa de este modo, en venganza por las tres horas de paro del Jueves. Aunque este parón ya estaba convocado por los sindicatos con antelación, para protestar por los ajustes que la empresa quiere aplicar a sus trabajadores.