Parece mentira, pero es real y muy útil. Cómo es posible que puedan convertir plástico en gasolina, lo que para la mayoría son plásticos y basura se transforma en combustible totalmente utilizable y con mayor octanaje que la convencional.
Lo más llamativo aún, es que para evaluar la calidad de este combustible se utiliza un aparato que indica el octanaje y al introducirlo en la gasolina obtenida del plástico marca cien. Para ponerlo en contexto, la gasolina normal normalmente tiene unos 87 octanos y la premium suele estar entre 91 y 92 octanos, mientras que esta marca 100, lo que quiere decir que tiene una mayor potencia y una mejor calidad y eficiencia.
La empresa que ha logrado convertir el plástico en gasolina se llama Petgas y está en México, aunque han ido ampliando para distribuir el producto en varios países. El tratamiento se trata de un proceso patentado que se divide en varias fases.
Todo inicia con la recolección de plásticos de diferentes tipos que pudieran ser basura, lo trituran para que ocupe menos espacio y se introduce en unos enormes tanques que llaman reactores. De ahí, pasa a otros contenedores metálicos para iniciar el proceso, primero pasando de sólido a gas sin oxígeno para después pasar los gases por un proceso químico hasta los siguientes tanques, donde a diferentes temperaturas se van generando distintos tipos de hidrocarburos.
De esta forma, en el primer tanque se genera parafina que se utiliza para velas o cosméticos, el tanque dos arroja queroseno utilizado para hornos o fundidoras, en el tanque tres se genera diésel y pasa a un tanque cuatro que es donde se genera la gasolina y en menor cantidad se genera también gas butano.
Un proceso casi increíble que logra convertir el plástico en gasolina utilizando botellas, envases y todos esos artículos de plástico que todos desechamos y que generan montones y montones de basura. Sin duda un proyecto llamado a cambiar el mundo.