La vigorexia es una tendencia que se ha hecho muy popular entre los jóvenes, pero lo que estos no saben es que esta es muy peligrosa, ya no solo para el cuerpo de estos, también para la mente, y mucha culpa la tienen los rostros más populares que encontramos hoy en día tanto en la televisión y sobre todo en las redes sociales.
¿Qué es la vigorexia?
Durante todo este verano hemos podido ver en las playas y en las piscinas a muchos jóvenes que estaban muy musculados, a base de muchas horas en el gimnasio. Normalmente estos adolescentes podrían ser las portadas de cualquier medio de culto al cuerpo. En todas las fotografías que vemos por las redes sociales de hombres y mujeres muy musculados siempre hay un punto que llama más la atención que otros, y esos son los abdominales.
Actualmente tanto las mujeres como los hombres sufren una gran presión sobre cómo son los cánones de belleza establecidos por la sociedad. Siempre se habla y se da mucha visibilidad a la presión de las mujeres para conseguir una cinturita de avispa, y unos glúteos perfectos, pero quizá es menos visible la que tienen los hombres. La sociedad muchas veces establece que un hombre es más válido por el número de músculos que se le marcan en el cuerpo.
Esto provoca que sean muchas personas se obsesionen con su cuerpo y sufran de vigorexia, pero… ¿Qué es la vigorexia? Es un trastornos mental que cada vez más jóvenes sufren, estas personas se obsesionan con su estado físico, llegando incluso a afectar a su conducta alimentaria con una gran ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos para poder aumentar la masa muscular y acabar con trastornos alimentarios, además esta suele venir acompañada del consumo de esteroides anabolizantes, además las personas que la sufren también suelen cambiar sus hábitos de vida.
Las personas que sufren de vigorexia, tienen la firme creencia de que tienen un cuerpo que no es suficientemente musculado, por lo que debe mejorar continuamente su estado físico. Motivo por el cual se acaba obsesionando con la actividad física y los gimnasios, hasta tal punto que abandona todas las relaciones sociales y llega a descuidar otros aspectos de su vida. Este es un trastorno que lo pueden sufrir tanto mujeres como hombres, pero es más habitual en estos últimos, que se encuentran en edades comprendidas entre los 18 y los 35 años.
Vigorexia síntomas del trastorno mental
Son varias las claves en las que tenemos que fijarnos para saber si una persona o incluso nosotros mismos sufrimos o no de Vigorexia, los síntomas son los siguientes:
- Mirarse en todo momento a los espejos
- Frecuentemente se compara el cuerpo con el de otras personas
- Cuando se salta una sesión de ejercicio físico o incluso una comida se sienten muy estresados
- Una gran preocupación y muy frecuentes de poder alcanzar el objetivo que tienen marcados de ingesta de proteínas diarias
- Descuidan a sus familiares, amigos, parejas, estudios e incluso trabajos por ir a entrenar
- El ejercicio físico se convierte en su principal y casi única prioridad
La principal causa de este trastorno es que se idealiza cultural y socialmente tanto el cuerpo masculino como el femenino, y esto puede provocar complejos de inferioridad.
La vigorexia en mujeres, muy habitual y poco reconocida
Realizar ejercicio físico es un acto que tiene muchos beneficios para nuestro cuerpo y salud. El problema viene cuando se comienza a abusar de este y acaba afectándonos en diversos aspectos de nuestra vida. Cuando la actividad física se realiza hasta el agotamiento, esto nos puede traer consigo muchos problemas, entre los que encontramos que se puede ver afectada la fertilidad femenina y también la masculina.
En el caso de las mujeres y los hombres que sufren vigorexia se diferencian muy claramente de las personas que son deportistas de alto nivel o de élite, ya que la motivación que los mueve es completamente diferente. Las mujeres y los hombres que sufren vigorexia tienen como única motivación tener un estado físico perfecto. Sin embargo, los que son deportistas de élite van a tener como objetivo alcanzar su mejor nivel físico para la competición.
Amanda Arroyo