En los últimos años, la forma de trabajar ha evolucionado y han cambiado las relaciones entre las empresas y sus empleados. Algunas proponen métodos flexibles para que cada uno gestione su tiempo, mientras que otras acaban exigiendo que el empleado esté disponible las 24 horas del día. Esto supone consecuencias positivas o negativas para los trabajadores.
«Trabacaciones», cada vez más habitual en verano
La forma en la que trabajamos ha cambiado con el tiempo. El teletrabajo, algo que antes era impensable, ha llegado para quedarse. ¿Es positivo? ¿O resulta negativo? Los horarios parecen haberse diluido y ahora muchos profesionales tienen que lidiar con temas laborales en cualquier momento, incluso en verano.
En este sentido, cada vez son más trabajadores los que convierten la playa, la terraza de su apartamento o la cafetería del hotel en el que se alojan en su oficina. Antes las vacaciones eran entendidas como un periodo de desconexión absoluta, ahora cada vez es más común irse de «trabacaciones», o lo que es lo mismo, combinar momentos de descanso con la resolución de temas de trabajo más o menos urgentes.
La forma de trabajar que llega en una época de cambio
El fenómeno de «trabacacionar» llega en un momento en el que los modelos de trabajo han dado un giro de 180º. Mientras que antes las actividades requerían gran esfuerzo físico, ahora los trabajos implican un desgaste más intelectual. En este tipo de empleo es mejor contar con periodos de descanso breves, pero que sean de forma más frecuente. No obstante, algunas personas están optando por seguir trabajando mientras están de vacaciones, es decir, seguir al día de lo que sucede en la empresa mientras te relajas en la playa.
¿Sobresaturación laboral?
Las «trabacaciones» las suelen elegir personas independientes que trabajan por proyectos. Aunque cada vez más empresas están optando por este modelo casi sin darse cuenta, con la llegada de la digitalización. Ya es posible comunicarse y trabajar en remoto desde cualquier parte del mundo, sin que suponga una gran complicación. Como consecuencia, este modelo de trabajo implica varios desafíos en la organización de una empresa. Y es que puede causar una sobresaturación laboral al exigir a sus empleados una implicación y disponibilidad absoluta.
En definitiva, todavía queda un gran camino por recorrer. La pandemia ha hecho que la digitalización avance rápidamente; por ejemplo el teletrabajo se impuso por sorpresa. Pero todavía queda por ver si las consecuencias de estos cambios son positivas o por el contrario negativas. Es importante trabajar, pero ante todo tener tiempos para descansar y recuperar las fuerzas.
Eloy Martínez