Leche frita, la receta más fácil y rápida
La leche frita es un postre tradicional de Semana Santa, aunque por su delicadeza y sabor bien la podemos degustar durante todo el año. Desde luego, que hay que tener en cuenta que para elaborarla hay que tener paciencia. Además, es un postre bastante parecido a las tradicionales torrijas de Semana Santa.
Es importante que peses bien los ingredientes, y sigas la receta a la perfección, para que te quede con ese punto de cremosidad tan perfecto y exquisito.
Ingredientes de la leche frita
- 1 litro de leche
- 200 gramos de azúcar y otro poco más para rebozar.
- 80 gramos de harina fina de maíz, y otro poco más para rebozar.
- Cáscara de limón
- 2 palos de canela en rama
- Dos cucharadas de canela en polvo
- 2 huevo
- Aceite de girasol para freír
Las cantidades son a modo de orientación, por lo que puedes comenzar con la mitad de los ingredientes para probar cómo te queda, y después hacer más cantidad.
Preparación
En primer lugar, hay que infusionar la leche con una rama de canela y la piel del limón. Para esto, ponemos la mitad de la leche en una cazuela, con la canela y el limón al fuego, pero sin dejar que rompa a cocer, y la retiramos. Déjalo tapado para que repose más o menos unos veinte minutos, para después colarlo quitando el limón y la canela.
Vuelve a calentar esta mezcla a fuego lento junto con el azúcar, para que quede bien mezclado, y en un bol aparte tienes que mezclar la harina junto con el resto de la leche. Esta mezcla tienes que añadirla a la leche infusionada que estás calentando a fuego lento, y mezclas bien con una varilla.
Es fundamental que lo hagas despacio y a fuego bajo, más o menos 40 minutos, o hasta que veas que la masa está espesa, aunque no difícil de manejar.
El siguiente paso es colocarla en un recipiente en la nevera, como mínimo 3 horas, para que quede como un bloque que puedas cortar con un cuchillo, del tamaño que prefieras.
El último paso para nuestra leche frita
Para rematar la faena, pon a calentar aceite en una sartén, y mientras tanto, reboza con harina de maíz y después huevo los trozos que has cortado. Eso sí, ten cuidado de que el aceite no esté excesivamente caliente, porque quemarás el postre.
Una vez que esté dorado, sácalo a una fuente con papel absorbente, y pásala por azúcar y canela para que quede con el toque particular de la leche frita. Y ya si quieres que el toque sea de escándalo, acompáñala con un poco de helado de vainilla y verás cómo triunfas esta Semana Santa con tu postre.
Rocío Ramos