Este es el enternecedor y pícaro testimonio de Nicomedes, un hombre de 78 años y vecino de León, que nos cuenta su experiencia durante la cuarentena.
» Buenas tardes, me dirijo a ustedes, porqué quiero decirle a todos los vecinos leoneses que con esto del coronavirus, no hay mal que por bien no venga.
Me llamo Nicomedes y nací el 24 de marzo de año 1941 en Calamocos, un pueblín cerca de San Miguel de Las Dueñas, allí conocí a mi esposa en un pueblo cerca, nos casamos, y tuvimos tres hijas.
Toda la vida vivimos en el pueblo, mis dos hijas mayores se fueron a estudiar a León donde viven ahora, y la pequeña de 42 años está ahora en viviendo en Irún.
Hace 3 años enviudé, y como no sabía hacer nada en casa mis hijas me obligaron a venir a León… con lo a gusto que estaba yo en Calamocos, aunque solo.
El caso es que no salía de casa más que con Teresita porqué me perdía, pero un día, hace unos meses, dando el paseo vi un sitio que nunca me había fijado, pero madre mía lo que había ahí…
Mi hija me dijo que un día a la semana se hacía baile, y que a veces solía ir gente de mi edad. A la semana siguiente, el mismo día, me puse el traje con el pañuelo en la solapa y cuando le dije a mi hija que quería ir al baile se alegró muchísimo.
Llegamos allí….vaya mujeres pizpiretas!! que me perdone mi Concha, pero he descubierto mundo. Mi hija me decía que no entraba conmigo, que me venía a buscar después.
Pero, ¿no entiende que yo ni sé donde están lo baños, y con esto de la edad….es conveniente saberlo…
El primer día lo pasé mal, pero a la semana siguiente ya tenía mi cuadrilla de amigos, cuatro señores de más o menos mi edad, que íbamos a rejuvenecer la vista, porqué otra cosa…mal asunto.
Conocí a Carmen, una asturiana de las de pura cepa, con su móvil de tocar me pidió mi número de teléfono de mi móvil de teclas, lo cual le extrañó, pero es que no entiendo mucho…
El jueves pasado, me dijo Carmen, que le gustan mucho las redes sociales esas, que seguramente no nos volveríamos a ver por el tema este del virus, y que a ver como nos veíamos.
Se lo dije inmediatamente a mi hija, que me llevara al «Continente» a por un móvil de tocar, después de convencerla, que no fue fácil, me llevó.
Dos tardes enteras para entender cómo, por teléfono lograba ver yo a Carmen y… si si… la vi, aunque sigo sin entenderlo.
Pese a que mi hija tiene que llamar y colgar cuando acabamos de hablar, mientras tanto nos deja nuestro ratito de baile con Carmen al teléfono, y ya me ha dicho que el martes me canta el cumpleaños feliz por el vídeo del teléfono!!
Gracias al coronavirus ahora soy un abuelo de tecnologías, no hay mal que por bien no venga».
Desde Digital de León, queremos agradecer a Nicomedes por compartir su simpatía con León, y a su hija Teresa por hacer posible que nos llegue su testimonio y así llevar estas semanas se cuarentena lo mejor posible.
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