Prácticamente todo el mundo coincide en que el chocolate es un manjar. Negro, blanco, de leche, rosado, etc., son muchos los tipos que existen. Esto quiere decir que es improbable que alguno de ellos no te guste. Pero, ¿cuáles son sus secretos? A continuación te los desvelamos.
Origen del chocolate y su introducción en Europa
El chocolate se obtiene a partir de semillas de cacao, las cuales son recogidas antes de fermentar, se tuestan y se muelen para formar una pasta de cacao. Esta se mezcla con manteca de cacao y azúcar, además de otros ingredientes que sirven para dar lugar al chocolate que conocemos.
Antiguamente las semillas de cacao eran empleadas como monedas de cambio por los pueblos de Ámerica del Sur como los aztecas y los mayas. Se trataba de un producto de gran valor que estaba vinculado al mundo de los espíritus. Cuando llegaron los conquistadores españoles, tomaron este producto de los pueblos indígenas y lo introdujeron en el viejo continente.
Europa enloqueció ante la llegada del cacao. Este producto exótico comenzó a trabajarse para obtener todo tipo de manjares. Era considerado un símbolo de riqueza y distinción, ya que solo la alta burguesía se lo podía permitir. En España la primera fábrica de chocolate data del año 1780 y algunos países como Suiza, Alemania o Francia comenzaron a destacar muy pronto.
Un producto que no solo está presente en la cocina
A día de hoy, el chocolate se ha extendido y normalizado por todo el mundo. La pasta de cacao se ha incorporado a diferentes productos y el propio chocolate ha pasado a formar parte no solo del mundo culinario, sino de la moda, el arte, o la belleza (chocolaterapia).
También existen muchos estudios acerca de los beneficios de este alimento; por ejemplo sirve para levantar nuestro estado de ánimo, mejorar la función cerebral, retrasar el envejecimiento o relajarnos. ¡Quién nos lo iba a decir! Así que si eres fan de este producto tan suculento, no dejes de comerlo. Eso sí, es importante que no abuses de él, ya que como toda comida, en grandes cantidades no es beneficioso para nuestro cuerpo.
Virginia González