¿Te imaginas una croqueta que sea líquida? ¿Una croqueta que según te la metas en la boca explote?¿Un bocado que sea delicioso?
Estas croquetas hay que comerlas de un bocado, ya que si no el relleno se va a salir y lamparón a la camisa, a poner la lavadora y lo peor de todo, después a plancharla.
Esta receta de croquetas líquidas os va a encantar, y no sólo porque es algo novedoso que no es muy habitual encontrar. También porque conserva todo el sabor de las croquetas tradicionales y no lleva tanta harina.
Ingredientes para 80 unidades de croquetas líquidas
- 40 gramos de mantequilla
- 30 gramos de harina de trigo
- 500 ml de leche
- 6 láminas de gelatina neutra
- 80 gramos de queso Gorgonzola (opcional, es para el relleno)
- Una pizca de sal y de Pimienta blanca
Ingredientes para el rebozado
- 50 gramos de harina de trigo
- 3 huevos medianos
- 250 gramos de pan rallado
- Aceite en abundancia para freír
Preparación
- Lo primero es hidratar las láminas de gelatina en abundante agua fría. Mientras tanto vamos a cortar el queso Gorgonzola en tacos y vamos a reservar (o el producto que hayáis elegido para vuestro relleno).
- Tenemos que preparar una bechamel, pero tiene que ser una bechamel que quede líquida. En una cacerola vamos a calentar la mantequilla y añadimos la harina, removemos para que se integre bien. A continuación vamos a añadir la leche poco a poco y removemos hasta que no haya grumos.
- Cocemos la bechamel líquida durante unos 15 minutos. Poco a poco vamos añadiendo el queso, o el producto que hayáis elegido de relleno, y removemos hasta que quede todo bien integrado. Salpimentamos y apartamos del fuego.
- A continuación escurrimos la gelatina y se la añadimos a la mezcla. Removemos bien hasta que quede completamente integrada.
- Echamos la masa en una fuente rectangular y dejamos enfriar antes de meterla en la nevera. Dejamos la mezcla en el frigorífico hasta el día siguiente o unas 10 horas. La masa tiene que quedar dura.
- Sacamos de la nevera un rato antes de comerlas y las cortamos en cuadrados. Son croquetas que hay que meter enteras en la boca, así que tener cuidado con el tamaño.
- Rebozamos dos veces cada croqueta. Pasamos cada una por harina, después por huevo batido, pan rallado, otra vez por huevo batido y por último otra vez por pan rallado.
- Y para finalizar freímos las croquetas, siempre con el aceite muy caliente. En el momento que el rebozado esté dorado retiramos del fuego y a disfrutar de este bocado delicioso.