Aceite de onagra, beneficios y usos en el hombre y la mujer
Los beneficios del aceite de onagra
El aceite de onagra tradicionalmente se utilizaba para aliviar el asma, la tos y los trastornos gastrointestinales. Últimamente, los estudios científicos han resaltado los beneficios del aceite esencial omega 6 que tienen las semillas de onagra, así como la linaza y la borraja.
Sus principios activos ayudarían a aliviar las irritaciones cutáneas y la tos, además de otras afecciones, como el síndrome premenstrual. También es un aliado contra las dermatitis alérgicas, la sequedad ocular y los dolores articulares.
También lo podemos utilizar para los problemas de acné, la caída del pelo y la caspa, y evitar las líneas de expresión, y para regular el sebo de la piel grasa.
Además es un potente antiinflamatorio, y es beneficioso para combatir la artritis y la artrosis, prevenir trombos y evitar la formación de coágulos. Incluso favorece el funcionamiento del sistema inmunitario, además de reducir el nivel de colesterol malo, y mejorar la fertilidad de hombres y mujeres.
Cómo tomar el aceite de onagra
Este aceite se extrae de las semillas de la Oenothera biennis, una planta bianual originaria del Norte de América. En castellano la conocemos como onagra, prímula y hierba de asno.
El aceite de onagra lo encontramos en forma de complemento alimenticio, como unas pequeñas perlas. Es importante que sepas que las personas que toman anticoagulantes, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia tienen que consultar con su médico. Incluso las personas que están tomando habitualmente algún tipo de tratamiento, puesto que es posible que no puedan tomarla.
Contraindicaciones
No está demostrado, pero parece que no es adecuada para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, de modo que es mejor evitar su ingesta.
Además, tampoco se aconseja tomarla si tomas anticoagulantes o padeces epilepsia. Si después de ingerir las perlas experimentas algún trastorno leve como reacción alérgica, indigestión o náuseas, tienes que interrumpir el tratamiento.
Rocío Ramos