Un paseo por León, La capilla mayor de la Catedral es otra parte de la historia de la ciudad contada por nuestro viajero que ha venido a dar un paseo por los rincones con más historia.
La Capilla Mayor
La capilla o altar mayor se halla presidido por un retablo de moderna composición que engarza cinco grandes tableros y dos pequeños, todos ellos debidos al pincel del maestro Nicolás Francés; más otros seis, formando la pedrela o banco, obra del maestro Palanquinos.
De la magna obra efectuada por Nicolás para el primitivo retablo de la catedral, solamente se conservan estas obras citadas, más una veintena de tablillas con las que se recompuso el trono del obispo, situado también en el altar mayor.
Los tableros grandes del altar representan: la presentación de María en el templo; San Froilán en el desierto; Alfonso III visitando a San Froilán; la consagración de San Froilán como obispo de León, y en la parte alta la traslación del cuerpo de Santiago el Mayor.
Las tablas del banco, debidas al maestro de Palanquinos, representan la dormición de la Virgen; la Anunciación; la venida del Espíritu Santo; el Nacimiento; la adoración de los Reyes y la presentación en el templo.
Preside todo este conjunto una abarrocada talla de la Asunción, titular del templo. Bajo el retablo se halla la preciosa arca, repujada en plata y con buenos relieves, que contiene los restos de San Froilán.
Es obra del insigne orfebre Enrique de Arfe y fue realizada en 1519. Se trata de una obra sorprendente en su estilo, debido al abandono que se hace en ella del goticismo por un estilo renacentista.
A fe de que de no ser obra documentada, difícilmente pudiera atribuirse a este orfebre. Bajo ella, el Sagrario, de plata debido al orfebre leonés Rebollo. En sus portezuelas se representa a San Pablo y a Melquisedet.
La Capilla Mayor y los detalles que no sabías
También en la capilla mayor se encuentra en un gran cuadro representando el Descendimiento. Es obra del maestro de Palanquinos y se trata de una excelente pintura de inspiración flamenca y que sobresale de modo particular entre las de sus credencias de su siglo.
Otras tablas formando un retablito, un trozo de sillería del siglo XV y dos buenas credencias rococós completan la parte más sobresaliente de esta capilla.
Posee además la catedral un magnífico conjunto de rejería. Algunas rejas, como las de la capilla mayor, son de la escuela de Andino. En el trasaltar pueden observarse la puerta del Cardo, del siglo XVI, los sepulcros a modo de retablos de San Pelagio y San Albito, del siglo XVI, pinturas murales cono las de Jesús presentado a León pueblo, obra de Nicolás Francés, la imagen de Jesús, de inferior calidad y obra de Neira, y el magno sepulcro gótico del Rey Ordoño, representando al rey yacente con los atributos regios y un lebrel a los pies como símbolo de la fidelidad.
En el crucero y como entrada al museo de la catedral existe un buen retablo, junto al sepulcro de Martín Rodríguez, procedente de Quintanilla del Olmo y dedicado a San Babilas, atribuido a Rodríguez de Solís.
La Sacristía, obra de Alfonso Ramos, es del siglo XV; aparecen en ella dos escudos, el del obispo Alfonso de Valdivieso (1486-1500), y el escudo de los Reyes Católicos que por su fecha de realización presenta la particularidad de aparecer sin la granada.
Adosado a la sacristía y abierto por una elegante puerta tallada del sigo XVI, se halla el Oratorio, debido a Juan de Badajoz, Baltasar Gutierrez, Rivero y Felipe de la Cagija, obra del siglo XVI, y en el mismo retablito barroco diseñado por Churriguera y realizado en 1729.