El Claustro de la Catedral de León (parte III) es el último de los artículos que vamos a dedicarle a la Pulchra, después de analizar profundamente sus partes más claves, aunque nuestro viajero sigue en nuestra ciudad. A continuación te contamos todo acerca de las obras, los retablos y algún otro lugar que se puede ver en el claustro.
Obras y retablos del Claustro de la Catedral de León
Destaca en las partes murales las hojas de las puertas de acceso a la portada de la Virgen del Dado, talladas en madera de nogal, con buenos relieves del siglo XVI, obra muy probable de Guillermo Doncel. Se destaca de este conjunto el relieve de la Visitación, de agitados movimientos y que ha sido atribuido a la gubia del mismo Juni, cosa no probable a nuestro parecer, inclinándonos a considerarla como de su compañero Juan de Angers.
En el lienzo este del Claustro de la Catedral de León existe un magno retablo en piedra del siglo XVI, plateresco, de finas columnillas y elegantes hornacinas, y en su parte alta campean las armas del obispo Juan Manuel, gran mecenas de Juan de Badajoz, el Mozo, a quien hay que adjudicar esta obra.
También en esta misma ala del Claustro de la Catedral de León, hay una excelente puerta flamenquizante, obra probable de Juan de Quirós, siglo XV.
Representa en la parte alta el tema de la Anunciación, y en la parte baja a San Pedro y a San Pablo. Esta puerta sirve de acceso a la escalera de la sala capitular y procede de la antigua librería de la catedral.
Otros lugares que merecen la pena ver en el Claustro
Junto a esta puerta se abre una capilla denominada de la Concepción. Fue realizada en el siglo XVII por Juan de Vega, Rucabado y Pedro del Hoyo, siendo costeada por el ilustre poeta y diplomático leonés Don Bernardino conde de Rebolledo para servir de capilla a su sepulcro. Este se encuentra en su interior y es una buena muestra de estilo funerario de época barroca. Completa el conjunto de la capilla un buen exponente de retablo prechurrigueresco, obra probable de José de Margotedo y que donó Manuel de Valladolid.
El Claustro de la Catedral de León se cubre con excelentes bóvedas estrelladas decoradas con diversos motivos platerescos como medallones, bucráneos, calaveras humanas… Son de destacar las columnillas de los pilares de variada decoración, también plateresca.
Toda esta parte corresponde al siglo XVI y es su autor Juan de Badajoz el Mozo. Como puede observarse, este conjunto está perfectamente armonizado con la sección de la época medieval.
En el interior del patio del Claustro de la Catedral de León se conservan dos chapiteles rematados con las figuras de San Pedro y San Pablo. En otro tiempo sirvieron de remante en el hastial de la fachada principal, obra de Bautista Velázquez.
Aquí termina nuestra serie de artículos dedicados al Claustro de la Catedral de León. Esperemos que os hayan parecido entretenidos. La joya de nuestra ciudad es un lugar que realmente merece la pena, así que no os quedéis sin visitarla. Tanto contemplar sus vidrieras, como ver el coro, la Capilla Mayor, el órgano, el Museo Catedralicio o el Claustro, como os hemos contado en estos artículos.
Rocío Ramos