Puede decirse bien alto: Babia lo tiene todo. Es un territorio que siempre está dispuesto a sorprender a los amantes de la naturaleza.
El inigualable paisaje de Babia
No sólo es que tenga cielos impolutos que están acostumbrados a ser arañados por nubes algodonosas procedentes de un mar que tampoco es tan lejano. No sólo es que allí la roca se haya propuesto dar forma a montañas de un porte involuntariamente altivo.
Tampoco es que, aunque la fama los eclipse, aquí prosperen bosques idílicos que se aferran a un suelo regado por la más pura de las aguas. No, no sólo es eso.
Babia lo tiene todo
También es la forma en que aquí se combinan estos y muchos otros elementos. En conjunto todos contribuyen a diseñar un paisaje exclusivo en el que todos los colores imaginables van cobrando su protagonismo a lo largo del año, siempre con el permiso de la blancura de la nieve que suele apoderarse de estas tierras en invierno.
El clima vanidoso de Babia
En Babia, la fisiografía es creativa y el paisaje esplendido, y sobre ellos actúa un clima un tanto vanidoso que tiene un concepto tan alto de sí mismo que, cuando hace algo, lo hace a lo grande. Por eso será que en este vergel llamado Babia el agua suele ser abundante, y donde hay agua, la vida se abre hueco.
Valles laderas y ríos exclusivos
Y así se muestran sus valles, sus laderas, sus ríos y sus peñas: rebosantes de formas de vida, algunas incluso exclusivas.Es difícil encontrar una mención a esta comarca en la que no se cite la célebre expresión de “estar en Babia”. Y es normal que así sea: al margen del episodio de la dilatada historia comarcal que dio origen a esta frase hecha… ¿quién no quiere estar en Babia?.
Y créanme, da igual pisar la Babia de Arriba o la de Abajo, la de Suso o la de Yuso: en cualquiera de los casos se siente su magia desde el mismo momento en que se llega a ella. Sus panorámicas amplias y su atmósfera limpia permiten ver mucha belleza sin dar ni un solo paso, y si se opta por hacerlo, la recompensa estará bien servida. Macizo de Peña Ubiña desde Torrebarrio (Babia, León).
Rodrigo Castaño