La decisión del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico de incluir todas las poblaciones de lobo de España en el catálogo de especies en régimen especial de protección, cambia de manera sustancial el trato que recibe en Castilla y León. Desde este 22 de septiembre de 2021, su caza está prohibida y pasa a ser una especie totalmente protegida.
El cambio de régimen de protección ha tenido una gran influencia en la gestión del lobo en Castilla y León. La convivencia entre esta especie, de indudable valor natural, y la actividad ganadera ha sido siempre complicada. Cada año se contabilizan cientos de ataques, aunque hay grandes discrepancias en las cifras entre la Junta y los ganaderos, y muchas explotaciones se ven acosadas periódicamente por ataques que se atribuyen al cánido. La relación entre el número de manadas, la cantidad de ejemplares, la gestión de su caza y su convivencia con la ganadería forman una delicada ecuación.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el 21 de septiembre de 2021 la inclusión del lobo como especie protegida en toda España, lo que impide su caza en todo el territorio y no solo al sur del Duero, como hasta ahora. El Ministerio para la Transición Ecológica se había comprometido a incluir el lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial antes del 25 de septiembre.
La Comisión Estatal para el Patrimonio Natural votó a favor de prohibir la caza del lobo, a pesar de la negativa de Cantabria, Galicia, Asturias y Castilla y León. El consejero de Fomento de esta última, Juan Carlos Suárez Quiñones, lideró el rechazo a la iniciativa del Gobierno, al considerar que “atenta” contra los “intereses” de los ganaderos y anunció que daría la “batalla”.
Las medidas adoptadas por las comunidades se mantendrán, siempre que se ajusten a la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y la Estrategia de conservación y gestión del lobo. Las comunidades deberán informar al Ministerio para la Transición Ecológica sobre las autorizaciones concedidas para cazar al lobo.
- Se podrán aplicar medidas de extracción y captura de ejemplares con una autorización administrativa si no hay “otra solución satisfactoria”. Es decir, cuando se haya demostrado que se han aplicado “adecuadamente” otras medidas “preventivas o de protección del ganado”, y estas hayan resultado “ineficaces”.
- Deberá justificarse “con el mejor conocimiento disponible” que la caza del lobo no afecta “negativamente” al estado de conservación “favorable” de la especie. También debe justificarse la existencia de “perjuicios importantes” para el ganado, con posibles daños “recurrentes o significativos”.
- La caza deberá ser “selectiva”, realizarse en un tiempo “lo más próximo posible al perjuicio” y lo más cercano a las explotaciones afectadas. También deberá realizarse un seguimiento del caso, para ver si la caza del lobo en cuestión ha sido efectiva o no.
La comunidad de Castilla y León no ha dejado de hacer público su desacuerdo con el MITECO tras aprobar la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres de Régimen de Protección Oficial, lo que impide su aprovechamiento cinegético al norte del Duero.
Junto a Asturias, Cantabria y Galicia -que albergan más del 98 % de la población de lobo ibérico- abandonaron el grupo de trabajo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) sobre la especie y formaron uno propio denominado Grupo de Trabajo en el Noroeste de la Península Ibérica, señalado que el actual pretende una revisión de la actual ‘Estrategia para la conservación del lobo en España’ «sin rigor, sin consenso y sin ajustarse a la legalidad».
Las cuatro comunidades (Asturias, Cantabria, Galicia, Castilla y León) acordaron realizar un censo coordinado del lobo y han tildado de «desacertada» la inclusión del lobo en el LESPRE «sin razones científico-técnicas que lo avalen, sin conocimiento sobre el estado de conservación de la especie y, sobre todo, por vez primera, sin el consenso de los territorios que gestionan la mayoría de las poblaciones de lobo en España».
Una medida que, tal y como ha advertido esta organización en ocasiones anteriores, supondrá un importante golpe a la supervivencia del mundo rural y de la España Vaciada.
Con vistas en esto, distintos colectivos del sector ganadero, han mostrado su más profundo rechazo, la Plataforma Ganader@ Viv@ subrayó que esta decisión es el reflejo de la hipocresía de un Gobierno que ha preferido atender a presiones ecologistas infundadas antes que al grito ahogado de un sector fundamental como lo es la ganadería, lleva meses reclamando que no se le despoje de la única herramienta eficaz de la que disponen para proteger su actividad frente al lobo.
La Real Federación Española de Caza entiende la prohibición como un nuevo ataque, disfrazado de ciencia, a la caza, a la ganadería y a todo el mundo rural
Por su parte, la Real Federación Española de Caza (RFEC) interpuso un recurso contencioso-administrativo ante la Sala de la Audiencia Nacional contra la Orden TED/980/2021 que se modifica el Anexo en el que se incluye al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas (LESPRE).
Contando con la asesoría jurídica, técnica y científica de la Fundación Artemisan, la RFEC recurrió la Orden publicada en el BOE «donde el lobo deja de gestionarse a través de acciones cinegéticas, ya que no hay criterios científicos, censos actualizados o una estrategia de conservación y gestión que avalen la necesidad de esta especial protección», señala la Federación.
En su nota indicaba que, amparándose en «supuestos criterios científicos», el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) «va a eliminar, por simple ideología anticaza», los distintos planes de gestión del lobo que están permitiendo recuperar sus poblaciones y su convivencia con la ganadería extensiva.
Ganaderos de la cuatro comunidades autónomas afectadas, han llevado a cabo multitud de actos de protesta, incluso en la capital de España, para mostrar su total desacuerdo con esta medida que, insisten en definir como demoledora para los ganaderos y para la llamada España Vaciada.
Ganaderos cántabros, leoneses y asturianos apoyados por cazadores se manifestaron ayer en León. Más de 1000 personas alzaron su voz en Riaño contra la actual protección del lobo.
El objetivo de la concentración, en la que se llamó a todos los profesionales del sector en la comarca y a la que se sumaron instituciones y asociaciones, era reivindicar y defender el sector primario y denunciar el doble agravio de la pérdida de reses y la lentitud de las administraciones para compensar los daños.
«Cuando ocurre un ataque llamas al guarda, si tienes suerte te lo certifica, papeleo y más papeleo, para que luego no sepas ni si vas a tener indemnización»
Y es que, mientras ellos se movilizaban, los lobos hacían lo que saben y necesitan hacer, cazar y comer. Mataron y devoraron un potro a 600 metros del núcleo urbano de un pueblo cántabro. –Quizás si hubiera más animales salvajes, de esos a los que a algunos les gusta cortar la cabeza para exhibir los cuernos en su casa, los lobos no se fijarían en los potros-.
Desde que se prohibió el control poblacional del lobo en España han aumentado los daños que ocasiona el lobo en la ganadería, lo que, según los detractores del cánido, pone en grave peligro la supervivencia del sector ganadero.