El rey Felipe VI ha abrazado las Capitulaciones de Magallanes para reafirmar la «presencia global» y la «vocación universal» de España y su compromiso «irrevocable» con aquellos proyectos que contribuyan al «mejor conocimiento» del mundo, al «acercamiento» entre los pueblos y países que comparten «lazos históricos y culturales», así como los que fomentan la «solidaridad y la cooperación internacional».
Así lo señalaba durante la conmemoración en Valladolid de la firma de las Capitulaciones de Magallanes de las que ayer, 22 de marzo, se cumplió el V Centenario. El monarca, durante su alocución, incidía en lo bueno que es «volver la vista a la historia» para «recordar», «analizar» y «comprender» acontecimientos que dan muchas de las «claves» de lo que «somos como sociedad y como país».
Acercamiento a los pueblos
En este punto remarcó que hace tres meses se constituyó la Comisión Nacional para la Conmemoración del V centenario de la 1ª Vuelta al Mundo que realizó la expedición de Fernando Magallanes y Juan Sebastián el Cano y que abordará facetas muy diversas de, según ha calificado, «uno de los hechos más extraordinarios de la historia de la humanidad».
Una efeméride, continuó, que comenzaba con la puesta en valor de las Capitulaciones de Valladolid por las que la Corona, «personificada por un joven y recién llegado Carlos I», encomendaba a Magallanes la expedición a las Islas de la Especiería, misión que sería culminada por Juan Sebastián Elcano quien regresó al mando de la nao «Victoria», completó la «gesta española, y que también podemos considerar Ibérica, de la primera vuelta al mundo».
Un acto que ha estado precedido, matizó, por el Congreso Internacional de Historia «Primus Circumdedisti Me». En este punto, el jefe del Estado se refirió a que «por primera vez» seres humanos de diferentes continentes, culturas, razas y civilizaciones «conectaron» y se comunicaron a través del hilo conductor de «una sola y singular actuación», la expedición marítima que encontró el paso navegable del Atlántico al Pacífico, que atravesó el mayor océano del mundo contactando con sus pobladores y demostró la «redondez» de la Tierra.
Por su parte, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, confrontaba el «simbolismo» que suponen las Capitulaciones de Magallanes, de «abrir espacios de conocimiento», «compartir valores», «objetivos» y «esfuerzos» para lograr el «mayor progreso y bienestar de todos», con proyectos «anacrónicos» que pretenden, «falseando la Historia», «crear nuevas fronteras», «enfrentar y separar personas y sociedades», o levantar «nuevos muros culturales y económicos».
Herrera insistió en que estas Capitulaciones son fruto de la visión «universal» de la Monarquía Hispánica, que permitió la primera circunnavegación del mundo y ha subrayado el protagonismo, que «no fue casual» que el territorio de la actual Castilla y León participase en aquellos «hechos históricos». Así, recordó como en 1494 el Tratado de Tordesillas se había firmado entre España y Portugal, testimonio de la «importancia» que las dos «grandes naciones ibéricas» tuvieron en aquella primera globalización. Un Tratado, ha continuado, que fijó el «tablero de juego» marítimo y terrestre en el que había de desarrollarse luego la aventura de Magallanes y Elcano.
Al acto, además de los monarcas asistieron, los ministros María Dolores de Cospedal, Alfonso María Dastis y Juan Ignacio Zoido, entre otras autoridades.