A veces utilizamos palabras, o expresiones leonesas que son muy nuestras. Por ello es fácil que muchos “forasteros” no nos entiendan cuando las decimos.
Sin ánimo de ofender a nadie, lo interesante del lenguaje es que cambia, evoluciona. Sabemos que muchas palabras que utilizamos no tienen origen leonés. Pero si quieres entendernos tendrás que saber lo que significan. Y también las cosas que nos gustan y las que no.
Admitimos que hay muchas ciudades y rincones que son muy bonitos. Pero todos los «paisanos» de León diremos que nuestra ciudad es la más bonita de todas. Respetamos que la opinión de los demás no sea la misma, pero para ello tenemos un dicho popular “Si no te gusta León, por ahí está la estación”.
Esto no quiere decir que seamos descorteses nos da igual que alguien esté como un “trullo” (gordo), ni que la persona que lo diga sea un “jijas” (muy delgado). Tampoco nos importa que seas un “modorro” (tonto) y digas que la Catedral de Burgos es más bonita que la Catedral de León. Como tampoco nos ofendemos si estás como un “cencerro” (loco) y te gusta Valladolid. O que vengas a comer nuestras ricas tapas “hecho un Adán” (desaliñado).
Si algo debes de saber sobre los leoneses es que no somos nada cuzos (cotillas). Y cuando nos cuentes algún cotilleo, aunque repetimos, no somos nada cuzos, prometemos no hacer esparavanes (aspavientos).
¿Qué cómo somos los leoneses? A los leoneses nos “prestan” las cosas (nos gustan las cosas). “Prendemos” la lumbre y la luz (encendemos la luz), y velamos por nuestra seguridad y la de los nuestros, por eso “trancamos” la puerta (cerramos la puerta). Para ir a comprar fruta y verdura por ejemplo no vamos al mercado, nosotros vamos a la “plaza”.
Y lo más importante de todo, nos sentimos muy orgullosos de ser cazurros (rudos).
Amanda Arroyo