Una víbora merodea en el acceso a la playa de Andrín, en Llanes, y aunque los expertos piden retirarla para evitar accidentes porque el animal es venenoso, aún no se ha hecho nada.
Algunos usuarios miran a la víbora con recelo, pero otros sin embargo, la consideran un motivo de fotografía.
El servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil la ha identificado como una víbora de seoane, que se encuentra entre la fauna existente en la cordillera cantábrica y noroeste de la península.
A pesar de la peligrosidad del reptil tan solo han puesto como medida de seguridad una especie de cercado, sin tocar a la serpiente, ya que se trata de una especie protegida.
«A primeros de verano se ponía en una roca a tomar el sol, y no le tengo miedo porque no sale» declaraba un niño a la televisión del principado de Asturias cuando accedía al arenal.
Es un riesgo bastante importante para los bañistas, al ser una playa muy concurrida, además de que la gente le realiza fotografías sin ser consciente del peligro de este animal.
Es importante saber distinguir una culebra de una víbora, ya que estas últimas son venenosas. Hay que observar la forma de la cabeza, que en las culebras es de forma oval y las víboras triangular.
Los ojos también las diferencian, los de las culebras son grandes y con pupila redonda, y los de las víboras pequeños y con pupila ovalada y vertical.
Los expertos han aconsejado que se retire el animal del arenal llanisco, que campa a sus anchas desde hace un mes sin que nadie haga nada para remediarlo, como trasladarla a un lugar más seguro.