Ramón García y Ana Obregón fueron una de las parejas con más éxito en la televisión durante la década de los 90, algo que les hizo forjar una excepcional amistad que dura hasta la actualidad. Por eso, el presentador ha sufrido como alguien más de la familia, la terrible pérdida de Álex Lequio, al que conocía desde que era un niño, Ramón se enteró en directo y tuvo que terminar de presentar antes de poder ponerse en contacto con su gran amiga para acompañarla en tan difícil momento.
¿Qué se puede decir en un momento como ese?
No hay palabras, por lo que a veces el silencio es el mejor mensaje. En una entrevista en ‘Liarla Pardo’, en La Sexta, Ramón ha revelado cómo fue la tarde en la que se enteró de la terrible noticia y cómo se dio la llamada con Ana Obregón: “A las dos de la tarde yo le había mandado un mensaje a Ana para saber cómo estaba todo”, comenzó explicando. Poco después, llega la peor noticia: “Me dicen: ‘Ha muerto Álex’. Me quedé de piedra, hice el programa como pude y me fui a casa con el disgusto”.
“Lo presenté como buenamente pude y por la noche, ya en casa, llamé a Ana”, confesó antes de añadir que pensaba que ella no le cogería el teléfono, pero sí lo hizo, con la necesidad de escuchar una voz amiga. “Estuvimos como veinte minutos o más casi sin hablar, llorando los dos al otro lado del teléfono. Yo, que soy padre, no quiero ni pensarlo”, explicó y también quiso enviar un cariñoso mensaje para Adela González, que ha perdido recientemente a su hija de ocho años por una grave enfermedad. “Va contra natura, no se puede sobrevivir a un hijo”.
Ana Obregón rota tras la llamada telefónica
También quiso analizar la desgarradora carta que la actriz y presentadora le dedicó a su hijo el pasado sábado. “Ella lo ha dicho en la carta que ha escrito en Instagram. Ana saldrá, porque aunque tiene muchas cosas en contra, ella es fuerte. Ojalá pueda salir”.
Ramón y Ana demuestran tener una gran amistad pese al paso de los años, una relación que acumula más de dos décadas y en el peor momento de todos ha estado ahí para apoyarse: “Esa conjunción que tuvimos traspasó lo profesional y llegó a lo personal. Era mirarnos y ya sabíamos todo lo que teníamos que hacer. Eso surge o no surge”.