Los hechos de este caso son confusos. La menor, que actualmente tiene 15 años, denunció a su madre y a su padrastro, con quienes vivía en una casa que alquilaban por habitaciones, por maltrato continuado durante tres años.
La niña acudió en agosto de 2017 con una de las alquiladas a poner la denuncia ante la policía, asegurando que su madre le golpeaba con la mano y con zapatillas, incluso le latigaba en la espalda con el cable de un teléfono móvil; de su padrasto dijo que había llegado a asfixiarla. Cuando puso la denuncia, presentó pruebas fotográficas hechas por la persona que le acompañó a comisaría.
Ayer miércoles 2 de mayo, tuvo lugar el juicio que ha quedado visto para sentencia. Durante el proceso del mismo, la menor desmintió los hechos afirmando que todo fue una invención, una estrategia para vivir en un centro tutelado de la Junta de Castilla y León, porque había escuchado que en el centro, donde se encuentra tutelada desde su demanda, gozaría de más libertad y recibiría dinero.
La juez ha incorporado una carta que la menor escribió en el mes de abril mostrando arrepentimiento por la denuncia presentada, queriendo volver con su progenitora y su padrastro porque las lesiones presentadas se las había autoinfligido para presentar las pruebas. Durante el juicio, la mujer que la acompañó en 2017 a poner la denuncia declaró que nunca presenció ningún hecho, que únicamente conoce lo que la menor le había contado.
La madre de la niña se enfrenta a una condena de más de 4 años de cárcel y su padrastro a casi tres años.