El presunto asesino de Laia, la menor de 13 años que apareció muerta bajo un colchón ha declarado ante el juez.
Los hechos ocurrieron el pasado 04 de junio en en una vivienda de la calle de Cubelles en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). El cadáver de la menor fue encontrado por unos tío de ella un colchón en casa del detenido, que era el hijo de un vecino de los abuelos de Laia.
Fueron tan solo unas horas las que la menor estuvo desaparecida y sabemos cómo fue su búsqueda durante ese tiempo. Se confirmó que Laia, la pequeña que padecía un leve autismo y era adoptada, había sido asfixiada y tenía heridas de arma blanca.
El vecino de 42 años acusado de los hechos, negaba desde el primer momento haber visto a la niña. Durante la búsqueda la familia llamó a las puertas de los vecinos para preguntarles por la menor, y el vecino detenido tardó las dos veces en abrir la puerta. Tras la primera llamada, abrió el domicilio en toalla por lo que se sospecha que fregó la casa a conciencia y posteriormente se duchó para eliminar las pruebas del crimen; lo que obligó a los investigadores a utilizar productos químicos para buscar restos de sangre.
El detenido, presunto asesino se ha negó a hablar con los Mossos d’Esquadra; pero sí declaró ante el juez el pasado jueves, aunque únicamente respondió a las preguntas de su abogada y sigue afirmando que él no fue. En todas sus llamadas telefónicas pide dinero para poder comprar tabaco. Sólo hace que fumar y reiterar que él no ha podido ser.
Durante la declaración el arrestado por el caso de Laia, explica que perdió las llaves hacía unos días y que en la tarde del asesinato alguien entró en su casa porque mientras se duchaba escuchó ruidos en su habitación. Tras casi cuatro horas de interrogatorio ante el juez, asegura que no recuerda nada de lo que sucedió el día del crimen y que tiene problemas de adicción con las drogas y el alcohol; problemas que había superado durante su estancia en China y en los que había recaído tras su vuelta a España, por el estado de salud de su madre.
Por otra parte, los investigadores no han hallado ni una sola evidencia de que otra persona, entrara aquel día a la vivienda de los padres del asesino de la menor. Algunos testigos de la zona han declarado que el hombre estuvo sentado enfrente del edificio sin quitar ojo de la portería. Por tanto, vio llegar a la pequeña con sus abuelos y conocía sus horarios rutinarios. Además se conoce que el individuo había generado una especie de obsesión con China y todo lo que rodeaba aquel país tras su estancia allí, lo que condicionó la elección de la víctima, la menor a la que veía a diario en el piso de sus vecinos.
Antes de su declaración, su abogada solicitó un examen psiquiatra forense para determinar su estado mental y su capacidad o incapacidad para responder ante el juez. La declaración estuvo llena de contradicciones y fue complicada, el acusado dijo: «Lo siento mucho, yo no era consciente. Lo siento por su familia y por el daño que he hecho, pero juro y perjuro que no recuerdo nada». «Desde hace tiempo faltan cosas en mi casa. Yo juraría que hay alguien que está robando. Todavía hay una parte de mí que me dice que había alguien más allí».
La juez del juzgado de instrucción número 1 de Vilanova, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), acordó para el detenido la prisión provisional sin fianza en la causa abierta por los delitos de homicidio/asesinato y agresión sexual. El acusado de la muerte de la menor ingresó el día 08 de junio en la unidad hospitalaria psiquiátrica de la cárcel de Brians 1 donde permanece.