Gritando y llorando de dolor mientras intenta escapar de la tortura que le espera. Esta es la escena que protagonizaba este martes en Cuenca una de las vaquillas enmaromadas que, a pesar de las cuerdas atadas a sus cuernos y la veintena de personas que de ellas tiran, trató de huir del lugar.
Era la primera suelta de las vaquillas enmaromadas organizadas con motivo de las fiestas de San Mateo. Una tradición con la que se recuerda la conquista de la ciudad en el siglo XII, y para lo cual durante cuatro días animales indefensos son sometidos a estas prácticas por las calles del casco antiguo conquense.
Prácticas que han dejado imágenes como las publicadas en las redes sociales por la Asociación Cultural Antitaurina de Ciudad Real, en las que se aprecia cómo el animal, sujeto por los cuernos mediante sendas cuerdas, es sacado a la fuerza del camión en el que había sido transportado hasta las calles del casco histórico conquense.