La abogada Ana María R.F. fue acusada de quedarse con el dinero de sus clientes.
Según cuenta La Nueva España, fueron varios los clientes que declararon como testigos respecto a la acusación por la que estaba siendo procesada la letrada, natal de Avilés (Principado de Asturias).
Tras un par de horas escuchando a sus acusados, la abogada retó a la Presidenta de la Sección Segunda de la Audiencia, por la que estaba siendo procesada, diciéndole «Procéseme por desacato, expúlseme de la sala», y así sucedió. Algunos de los testimonios expuestos en La Nueva España, y que estuvo escuchando la letrada antes de ser amonestada, decían lo siguiente:
«La contraté en 2005 para cobrar una deuda y en 2008 me dijo que ya había habido juicio y que iba a cobrar 312.000 euros, pero el dinero no aparecía. Primero decía que el cheque había ido a otro sitio, luego nos estuvo paseando por los Juzgados. Íbamos y nos decía que el secretario estaba enfermo. Decía: «El dinero se ha perdido, no se dónde está; habrá que ir al Consorcio de Compensación de Seguros«. Me estuvo paseando por toda Asturias. Hablaba de reclamar al Banco de España, pero estaba haciendo puro teatro. Al final le dijimos que nos diese la sentencia y nos fuimos a otros abogado, pero era falsa. Ella lo reconoció ante el abogado, empezó a llorar y dijo que me iba a pagar todos los meses. Decía que su cabeza no estaba bien y que lo estaba pasando mal. Al final me pagó 105.000 euros de su bolsillo, los otros ciento y pico mil los perdí. Doy por perdido el dinero que me robó«.
Otro de los exclientes y perjudicados, era el antiguo dueño de una discoteca de Luanco, la contrató para reclamar a los socios a los que había traspasado el local una deuda de 46.600 euros. «Le dimos 2.500 euros para los trámites, pero la deuda no la llegué a cobrar. Cada quince días iba a preguntarle. Decía que tardaban en abrir el juicio. Luego, fuimos por fin al juicio. Entró ella y a la media hora salió y nos dijo que había terminado, que no habían aparecido los deudores y habían perdido el juicio. Estuve pidiendo la sentencia seis años seguidos. Me entregó un papel para que fuese a cobrar los 46.000 euros y resulta que el que tenía que ponerlos era yo. Recorrí todos los Juzgados. Ella iba conmigo y nadie sabía de mí ni de mi reclamación. Cuando ya me enfadé, le dio un ataque y hubo que llamar a una ambulancia para llevarla al Hospital. Yo fui entonces a ver a su compañero de despacho y en esto aparece ella y me dice: ‘No te preocupes’, que te doy esto y que no se qué»
Otros de los casos llevados por la letrada eran el de un hombre que trató de cobrar una póliza por la muerte de su hermano, un vecino de Pravia al que convenció para denunciar a familiares de su exmujer por haberse querellado contra él en falso; un matrimonio que la contrató para escriturar unos bienes heredados.
Todos ellos desembolsaron dinero inicialmente para comenzar con los trámites (provisión de fondos), dinero que perdieron además del que se quedó la abogada tras las sentencias. A mayores, también salió a la luz que la acusada había redactado sentencias falsas, las cuales entregaba a sus clientes.