La Guardia Civil de Montijo (Badajoz) ha desarrollado durante los últimos ocho meses la operación denominada ‘Sakoma’. Hasta el momento, la misma ha derivado en la detención de una mujer, vecina de esta localidad badajocense, por delitos de falsedad documental, apropiación indebida y estafas cometidas a 149 personas de Montijo, localidades próximas a ésta, así como a residentes en otras comunidades autónomas. También fue investigado otro vecino de Montijo por colaborar en algunos de los hechos con la detenida.
A principios del mes de octubre de 2017, la Guardia Civil de Montijo recibió una denuncia por la contratación fraudulenta de una línea de telefonía móvil, así como cargos en la cuenta bancaria del denunciante de unas cuotas relacionadas con un préstamo mercantil, contratado a su nombre, para satisfacer el importe de la compra financiada de un terminal telefónico. Pronto los investigadores se dieron cuenta que no se trataba de un hecho aislado.
Fruto de la investigación pudieron determinar que una empleada de un establecimiento de venta de telefonía móvil se había apoderado de numerosos terminales telefónicos, de los que llegaban a la tienda para su venta.
Para evitar que el departamento de contabilidad de la empresa que explotaba ese establecimiento detectase dichas apropiaciones, utilizó los datos personales de algunos de sus clientes, a cuyos nombres emitió falsas facturas por la venta financiada de esos terminales de los que se había apropiado.
Las cuotas por esos préstamos se cargaban en la facturación de clientes sin su conocimiento; estas cantidades solían ser añadidas a otras contrataciones de mayor cuantía, tipo televisión, fibra óptica o agrupación de terminales. Por ello, el incremento de pagos por los clientes del establecimiento, que se vieron afectados por el entramado orquestado por la detenida, pasaba generalmente desapercibido en la mayoría de los casos.
De hecho, muchos de estos conocieron su condición de víctimas cuando fueron requeridos por la Guardia Civil, tras ser identificados con ocasión del análisis efectuado a la documentación emitida en el establecimiento. En esos momentos conocieron que pagaban mensualmente teléfonos que no poseían.
La dependienta se lucraba con la venta y cobro en efectivo de esos mismos teléfonos, bien en la misma tienda, bien por la venta online, o con el apoyo de algún colaborador.
Aunque la mayoría de las víctimas residen en Montijo y sus alrededores, otras tienen sus domicilios en otras localidades de Extremadura, y un número casi a la par, en otras comunidades autónomas como Galicia, Andalucía, Asturias, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y Castilla y León.