El Tribunal Supremo ha ratificado la condena impuesta a una mujer con iniciales M.P.S, quien fue hallada autora de un delito de malos tratos por propinar latigazos a su hija, menor de edad, con el cable del teléfono móvil y a la que no podrá aproximarse por espacio de un año.
Suceso del 2018
Una mujer ha sido condenada por el Juzgado de lo Penal 4 de Valladolid a no aproximarse a su hija durante un año por darle latigazos a su hija de 15 años con el cable de un móvil en agosto de 2017.
La sentencia, considera probado que la madre golpeó a su hija con el cable del móvil y la absuelve de otras acusaciones, como que también la agredía con una cuchara de madera o que el maltrato era habitual. La Fiscalía había pedido para ella un total de cuatro años y cuatro meses de prisión.
Además de no poder acercarse a menos de 500 metros de su hija, la sentencia obliga a la mujer a trabajar 65 jornadas en beneficio de la comunidad, a no comunicarse con la menor durante diez meses y a no llevar armas durante dos años y un día.
En el caso de que la mujer no acceda a esta pena, el juez plantea otra opción que consistiría en su ingreso en prisión durante diez meses y las prohibiciones de aproximarse y comunicarse con su hija durante un año y diez meses.
Carmen Hedrosa, abogada de la madre, ya ha anunciado que recurrirá la condena en apelación ante la Audiencia de Valladolid. El juzgado ha absuelto a la pareja de la madre, que también se exponía a una petición fiscal de dos años y once meses de prisión por el supuesto maltrato.
De la madre contó que la golpeaba con la zapatilla y una cuchara de madera, le propinaba tortas y hasta la azotaba en la espalda con el cable del móvil. De su pareja llegó a decir que había intentado un día asfixiarla tapándole la boca. Como prueba gráfica, presentó unas fotos que le había hecho la mujer con la que acudió a comisaría.
Durante el juicio, sin embargo, la menor se desdijo de todo lo que había denunciado y explicó, ante la incredulidad de la fiscal del caso, que todo era pura invención y que lo hizo porque había oído que en un centro tutelado de la Junta, donde se encuentra desde entonces, iba a gozar de mucha más libertad e incluso recibiría dinero.