El juzgado de Palma de Mallorca condena a una pareja joven por obigar a su hija menor a ver cómo practicaban el sexo.
La pareja compuesta por un hombre de 32 años y una mujer de 30, ha sido condenada a un año y seis meses de prisión, además de una multa económica por atar a su hija de siete años, a ver como mantenían relaciones sexuales.
Los progenitores de la menor, la ataban a una silla para que les viese practicar sexo. Pero esto no era lo único, sino que maltrataban a la pequeña de diversas formas.
Maltratos a la menor
Según explicó el Diario de Mallorca, el padre pegaba a la menor y la castigaba obligándola a darse duchas de agua congelada. Aunque la madre no la agredía directamente, era conocedora del maltrato que sufría su hija y nunca hizo nada al respecto.
Los hechos por los que ha sido condenada la pareja sucedieron en 2015. Tras ser denunciados, la tutela de la menor pasó a unos familiares y se pensaba que así terminaba el maltrato, pero únicamente era el físico al alejarla de sus progenitores, porque el psicológico continuaba.
Durante una visita tutelada en el tiempo que la menor vivía en casa de unos familiares, el padre le regaló una videoconsola a la niña de siete años. Explicó a los tutores provisionales de la menor que en la memoria había metido fotos y vídeos de perritos, ya que le encantaban. Sin embargo, el hombre había metido material pornográfico, en el que en ocasiones aparecía la madre de la niña en escenas de sexo explícitas.
Condena de los padres
Los progenitores de la menor reconocieron los hechos ante el juez. La jueza que llevaba el caso, dictaminó una condena de un año y medio de prisión por los delitos de maltrato físico habitual y una multa económica de 1456 euros por los delitos de exhibicionismo y provocación sexual. A mayores, deben pagar a su hija una indepnización de 1500 euros.
A la condena que se le impuso a ambos, al padre se le ha añadido una multa de 1456 euros por otro delito de provocación sexual al regalarle a la menor la consola con el material pornográfico.
Obviamnte, la juez les ha quitado la patria postestad de la menor durante cinco años. Durante ese tiempo, tampoco podrán acercarse a más de 500 metros de la niña, ni comunicarse con ella.