La Audiencia Provincial de León ha dictado sentencia contra el joven que mató a golpes a una anciana en El Burgo Ranero. En total, Alejandro M. M. deberá cumplir una pena de 18 años y 2 meses de cárcel por el asesinato confeso de la mujer de 90 años, tras asegurar que tiene “lagunas” sobre lo ocurrido esa madrugada, especialmente en lo que atañe al incendio de la vivienda de la víctima.
Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 9 de noviembre de 2014, cuando el acusado llegó a El Burgo Ranero después de haber estado de fiesta y haber consumido alcohol, marihuana y medio gramo de cocaína. Entorno a las cinco de la mañana, el condenado se acercó con su coche hasta la casa de la víctima, María Ascensión de Prado.
Alejandro M.M. rompió el cristal de la ventana de la cocina para poder acceder al interior de la vivienda. Una vez dentro, fue a la habitación de la mujer, que estaba durmiendo en su cama, se puso encima de ella y la golpeó repetidamente en la cabeza provocándole fracturas, hematomas y hemorragias incompatibles con la vida.
Posteriormente, el acusado habría estado buscando dinero y objetos de valor, pero no se llevó nada, aunque antes de irse prendió fuego a la cama donde yacía la víctima dando lugar a un incendio que arrasó la habitación y parte del salón. El humo precipitó el fallecimiento de la mujer, a la que los golpes en la cabeza ya la habían herido de muerte.
Fue entonces cuando Morala aprovechó para buscar en la vivienda dinero o algún objeto de valor sin que lograra encontrar nada. Para eliminar cualquier pista, el condenado incendió la cama donde había dejado herida de muerte a María Ascensión y seguidamente abandonó la vivienda por la misma ventana por donde había entrado, saliendo al exterior de la finca por una puerta instalada en el almacén trasero de la misma.
Por lo que finalmente Alejandro M. M. ha sido condenado a 16 años por un delito de asesinato y otros 2 años y 2 meses por el delito de robo con violencia, pese a la confesión. Además deberá indemnizar con 62.310,77 euros a los hijos de la fallecida, así como las costas del juicio, por valor de 13.365,66 euros.
La sentencia reconoce que dos días después de cometer el crimen, el 11 de noviembre de 2014, Alejandro Morala acudió al domicilio de su madre en la misma localidad donde ocurrieron los hechos, y le confesó que había sido él el causante de la muerte de la anciana. Avisada la hermana del condenado, llamaron desde el mismo domicilio a la Guardia Civil. Cuando acudieron los agentes, Morala les reconoció que había sido él responsable de los hechos.
El presunto asesino fue conducido al puesto de la Guardia Civil de Sahagún y el Juzgado de dicha localidad acordó la prisión provisional el 12 de noviembre, situación en la que permanece desde entonces.