Día importante hoy en Villanueva del Carnero. Hoy expira el plazo para presentar las alegaciones en contra del proyecto de ampliación de una explotación avícola. Esta instalación, próxima a la urbanización Santo Tirso, mantiene en «vilo» a los vecinos que se han movilizado contra la macrogranja y así se han manifestado ante el Ayuntamiento de Santovenia de la Valdoncina y ante el Servicio Territorial de Medio Ambiente de León.
«Tenemos miedo de que el agua del pozo que surte a la urbanización se contamine debido a filtraciones procedentes de la explotación, o que, por el aumento en la captación de aguas subterráneas de una granja de mayores dimensiones, los vecinos nos quedemos sin suministro de agua» aseguran desde Villanueva. También denuncian que «el Ayuntamiento de Santovenia de la Valdoncina no instala un sistema de saneamiento en esta zona, lo que aumenta el riesgo de contaminación del suelo y de acuíferos que puede afectar a poblaciones mucho más alejadas como Ribaseca, Onzonilla, Viloria de la Jurisdicción o Antimio de Abajo».
Son muchas las «pegas» que indican los vecinos. Entre ellas afirman que el hacinamiento de animales es «una bomba de relojería para la aparición de nuevas enfermedades que pueden afectar gravemente a la fauna local o mutar y afectar a los seres humanos, como la reciente gripe aviar o la actual pandemia de COVID». Señalan que su riesgo se multiplica exponencialmente cuanto mayor sea la explotación. «No queremos ni imaginar lo que supondrán un total de 124.000 pollos» insisten.
La macrogranja está a 80 metros de las casas
La situación es espeluznante, ya que aseguran que «en algunas ocasiones los extractores no filtran completamente el aire que expulsan de las naves de cría y se pueden observar restos de plumón de los pollos depositados sobre las superficies de todo lo que queda en el exterior».
Subrayan que «esta explotación no cumple la normativa ya que limita a una distancia de unos 80 metros con viviendas habitadas, cuando la distancia mínima para este tipo de explotaciones debe ser de 100 metros».
«Nuestras viviendas tienen que soportar a diario malos olores provenientes de la explotación de pollos ya existente, así como el ruido de los extractores de las naves. El olor procedente de la granja a veces corresponde a animales muertos, lo que hace sospechar el inadecuado tratamiento de los cadáveres» se quejan los vecinos.
Los vecinos explican que existen alternativas a las «macrogranjas industriales». La ganadería extensiva tradicional usa de manera eficiente recursos, no depende ni de piensos importados, ni de los combustibles fósiles y se complementa con una agricultura local. En la provincia de León, más del 60% del territorio es apropiado para uso ganadero basado en razas autóctonas.