Con nocturnidad y alevosía. Así actuaron los ladrones en la pedanía de Reliegos, (municipio de Santas Martas), durante la madrugada del viernes 6 al sábado 7 de marzo de 2020.
Los ladrones robaron gran parte de la instalación eléctrica que abastece el polideportivo de la localidad. En total, los cacos se llevaron diez focos de tecnología LED y varios metros de cableado. Estas farolas servían para iluminar las dos canchas que conforman el área deportiva: una dedicada al frontenis y la otra al fútbol sala.
Para poder acceder a las luminarias, los ladrones, provistos de llaves inglesas y otras herramientas, desanclaron los mástiles sobre los que se asentaban los focos y los tumbaron en el suelo. Algunos de los postes han quedado inservibles, ya que la base de sujeción está doblada debido a la fuerza ejercida por los cacos para derribarlos.
Un gran daño para el pueblo
La instalación eléctrica fue la última de una serie de mejoras efectuadas por parte de la Junta Vecinal de Reliegos en el polideportivo entre los años 2016 y 2018. Las actuaciones efectuadas van desde repintado de paredes y marcas horizontales, vallado de las instalaciones, hasta la reposición de porterías homologadas y finalizaron con la ya mencionada renovación del sistema de iluminación.
No es la primera vez que el polideportivo es víctima de la rapiña. Hace años, cuando la “fiebre del cobre” estaba en su punto más álgido, los ladrones lograron llevarse todo el cableado que cubría esta instalación eléctrica. En total, varias decenas de metros de cable que dejaron sin luz esta área deportiva. Hoy, varios años después, y cuando nadie lo esperaba, ha vuelto a ocurrir lo mismo.
La Junta Vecinal de Reliegos ya ha presentado la correspondiente denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Mansilla de las Mulas, que ya investiga el suceso.
Falta de seguridad en el medio rural
Esto no debe ser contemplado como una anécdota. Es una realidad que indica la falta de seguridad en un medio rural que está prácticamente despoblado. En estas zonas de la “España Vaciada” es donde las prácticas de rapiña, hurto y expolio abanderadas por algunos desalmados amedrentan los pueblos.
Las administraciones locales, juntas vecinales y concejos abiertos, hacen un esfuerzo digno de encomio por disponer de los mínimos servicios que permitan vivir a sus habitantes rurales en igual condiciones que en las grandes urbes. Pero… los pueblos se mueren y una triste consecuencia de ello es el saqueo que sufren.