La Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural de León intervino este sábado otra vez en El Bierzo. En esta ocasión el objetivo era comprobar el estado en que se encuentran, tras las últimas actuaciones, dos de los monumentos en los que ha realizado algunas de sus hacenderas más importantes, colaborando también en el proceso de sus respectivas restauraciones: Los castillos de Balboa y de Sarracín.
En el recorrido estuvieron acompañados por el alcalde de Balboa, Juan José López Peña, y por la alcaldesa de Vega de Valcarce, María Luisa González Santín. Junto al presidente de Promonumenta y otros veinte miembros, acudió también el arquitecto de la Asociación Jesús Martínez, quien ha intervenido en el proyecto de la primera fase de restauración de Sarracín.
Las impresiones de la visita al castillo de Balboa fueron muy favorables en cuanto a la importancia del trabajo desarrollado con los muy escasos 28.000 euros aportados por la Junta, principalmente desescombro, estudio arqueológico de cimentaciones y puesta al descubierto del aljibe de la fortaleza. Sin embargo, una vez más, ha quedado claro peligroso estado en el que se encuentra el monumento, en especial su torre, cuya esquina suroeste se halla derrumbada y donde una enorme grieta la tiene partida de arriba abajo en dos mitades, con una clara amenaza de derrumbamiento, recordando lo ocurrido hace pocas semanas en el castillo de Alcuetas.
Es urgente el inicio por la Junta de los trabajos que ya cuentan con una nueva asignación de 40.000 euros, pero cuyo comienzo no parece urgir a la administración autonómica, que ya ha requerido tres reformas del proyecto elaborado por el Ayuntamiento de Balboa y que aún se halla en fase de licitar la obra.
Mejor suerte está teniendo el castillo de Sarracín, en Vega de Valcarce, donde 100.000 euros en dos fases, bien administrados, no solo han evitado su desaparición, que Promonumenta en sus primeras hacenderas ya casi consideraba inevitable, sino que han permitido una importantísima reconstrucción de los muros exteriores y estancias interiores. La nueva iluminación inaugurada en la noche del viernes ha puesto una guinda al indudable atractivo de esta fortaleza que perteneció a Valcarces, Lemos y Marqueses de Villafranca, y ahora propiedad del Ayuntamiento.
En ambos casos, la subvención solicitada al concurso para restauración de monumentos convocado por la Diputación Provincial se espera como agua de mayo, en uno para conseguir salvarlo de la ruina y, en el otro, para que la restauración en marcha no se quede en el sueño de una noche.