La Robla Green dice adiós al carbón para dar la bienvenida al metanol y la biomasa
Hace poco más de un año, los leoneses solo hablaban de la demolición, en primer lugar, de la torre de la Térmica de La Robla; después, del derribo de la chimenea del grupo I; y por último, de la destrucción de la caldera.
A 25 km al norte de la capital de la provincia de León, La Central Térmica de la Robla llevaba en pie desde 1.970, alimentando a cientos de familias roblanas con el trabajo diario. Hace ya algún tiempo que se sabe que una planta de hidrógeno renovable sustituirá a la mítica Térmica, con una inversión de 485 millones será la mayor iniciativa de hidrógeno renovable del corredor Vía de la Plata. Con este proyecto, se evitará la emisión a la atmósfera de más de 430.000 toneladas anuales de CO2, contribuyendo a la descarbonización de los procesos industriales de las empresas de la zona; siendo el primer gran proyecto de esta transición energética.
El segundo proyecto de esta transición, llegó de la mano de Reolum, Tresca Ingeniería e Incus Capital para crear La Robla Green con el objetivo de desarrollar un proyecto pionero en el mundo integrado de, por una parte, una planta de generación de energía limpia a partir de biomasa y, por otra parte, la mayor planta de producción de e-metanol de Europa.
Esta semana, este plan ha dado un paso más involucrando a los agricultores leoneses, que desde el lunes hasta el 3 de octubre, se reúnen en la localidad de Puente Villarente (Villaturiel) para conocer cómo los restos de sus cosechas pueden suponer un impacto agronómico medioambiental, un ingreso adicional para los agricultores, racionalizar el uso del nitrógeno y mitigar la aparición de plagas y enfermedades, lo que mejorará las producciones de este cereal.
Conllevará también un impacto agronómico traducido en ahorros, puesto que la extracción de la caña de maíz reduce la aportación de urea, el número de laboreos y el consumo de fitosanitarios. A su vez, generará beneficios al mantener en el campo un 40% de los restos de la cosecha de maíz de menor calibre y fácil mineralización conservando así la calidad del suelo.
Será así a través de Roblum, la primera central de generación por biomasa con balance energético negativo en carbono. Esto es posible porque el CO₂ fijado por la biomasa compensa el producido en las instalaciones y, además, este se captura y almacena para su uso en la producción de e-metanol verde producido en la otra gran planta del proyecto, La Robla Nueva Energía.
La Robla Green comenzará sus obras a finales del próximo año y estima su puesta en marcha en torno al segundo semestre de 2026.