Dicen que el que la «hace la paga» y bueno… la «justicia es lenta, pero llega». Esta semana tenemos a varios representantes municipales, que gobiernan con bastante mayoría, en sus municipios en el banquillo por el tema de la Púnica. Marcos Martínez y Pedro Vicente Sánchez llevan más de 20 años en los sillones de alcaldía de Cuadros y Puebla de Lillo. Ahora lo cambian por el banquillos.
En los pueblos se llama «caciques» a los que mandan en un control absoluto o «casi» de todo lo que pasa. «No se mueve nada» sin permiso de los caciques es el sentimiento escondido, porque ya se sabe… los pueblos pueblos son y luego todo se sabe. Los vecinos cuchichean a escondidas en grupos reducidos pero luego muestran su apoyo total al «jefe». Y es que… más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Aún es pronto para saber cuál será el destino de este juicio y la sentencia (y si habrá más que contar).
Al banquillo alcaldes de municipios leoneses
La Púnica es un tema nacional. Un asunto enrevesado de tráfico de influencias y «sobres» que necesita guía para no perderse. La historia no es reciente, el escándalo saltó hace casi una década pero es ahora cuando llega el momento del banquillo.
Similar es otro caso que también se ha dado por estas fechas. Otro «cacique» que casi se sentó en el banquillo pero que por un acuerdo de «última hora» eludió el trago del juicio. El exalcalde de Valderas, Eloy Rubio, al que se le acusa de dilapidar una auténtica fortuna y dejar al municipio en bancarrota ha conseguido evitar el banquillo (y la cárcel) admitiendo un delito de prevaricación. Rubio devolverá 200.000 euros.
En su época de gestión (entre 2007-2011) gobernó como un auténtico cacique. Así lo aseguran los vecinos de Valderas que aún lo recuerdan. Cuando todo se destapó, hace casi una década, Valderas copó los titulares de la provincia y del país debido a los numerosos escándalos. Incontables las comidas «a cargo» del Ayuntamiento, unas cortinas de escándalo y las facturas que no paraban de llegar. Una deuda millonaria y un pueblo arruinado. La gestión municipal entró en un caos total y llegó un momento que todos los concejales «salían corriendo».
Nada habrá sobre las acusaciones de falsificación y tráfico de influencias. ¿Le habrá salido rentable la multa? El caso es que Rubio acudió «prestos» este lunes al juzgado y con una media sonrisa en la boca… el pueblo le echó pero él se libró del banquillo. Por cierto, la inhabilitación para ejercer como cargo público es de 4 años. Después…puede volver.