Aarón Piñán no quiso asumir galones y ser profeta en la Cultural Leonesa
La afición se encuentra dolorida por la marcha de Aarón Piñán y seguramente esta decisión que tomó a escasas horas de que se cerrara el mercado de fichajes manchará su trayectoria en León, donde pudo ser profeta pero prefirió huir.
El leonés se formó en las categorías inferiores de una de las canteras más relevantes de la provincia, es decir, en el Puente Castro FC y hace cinco años llegó a la Cultural y Deportiva Leonesa para formar parte de un Júpiter Leonés renovado y que soñaba con hacer cosas grandes junto a las jóvenes promesas del fútbol leonés. En esta etapa, el leonés sufrió algunas lesiones que le apartaron de los terrenos de juego, pero a pesar de ello siguió destacando sobre sus compañeros en lo que era la antigua Tercera División, denominada actualmente como Tercera RFEF.
Los inicios de Aarón Piñán en el primer equipo de la Cultural
Aarón Piñán dio el salto al primer equipo gracias a José Manuel Aira y es que, el berciano le dio la oportunidad de mostrarse frente a la parroquia culturalista en la temporada 2018/2019, momento en el que había más de 7.000 personas abonadas al club de la ciudad. El leonés logró su debut oficial frente al Rápido de Bouzas, siendo una gran noticia para el fútbol leonés ya que, en ese momento no se apostaba por la cantera como sí se está haciendo durante estas últimas dos temporadas. Desde su debut con el primer equipo, la figura de Aarón fue perdiendo protagonismo y tan solo entrenaba, de vez en cuando con el primer equipo.
José Manuel Aira, que fue el técnico que le hizo debutar, le permitió jugar un partido más con la elástica de la Cultural y Deportiva Leonesa antes de que emprendiera su correspondiente viaje a Coruxo, equipo del que hablaremos más adelante.
El extremo leonés jugó unos minutos frente a Las Rozas en Copa del Rey durante la temporada 2019/2020, llegando a ir incluso convocado para los Play-Off de Ascenso, celebrados en la provincia de Málaga, después de que se suspendiera la competición por la aparición del COVID-19. En esa promoción no jugó ni un minuto pero tanto él como Juan Rodríguez formaron parte de la expedición que estuvo a un partido de regresar al fútbol profesional.
El momento de reflexión: la etapa en el Coruxo
Con la marcha de Aira y la llegada de entrenadores como Cabello e Idiakez, Aarón dejó de entrar por completo en los planes del club leonés, quedando relegado de los entrenamientos y jugando solamente con el Júpiter Leonés. La mayor parte de la afición pensó que el leonés acabaría yéndose de la Cultural por el trato que estaba recibiendo, pero en el mercado de fichajes invernal decidió renovar por el club leonés e irse cedido al Coruxo para seguir creciendo como futbolista y ganarse, cuando volviera, una ficha con el primer equipo.
Su estancia en el Coruxo fue corta pero fructífera y es que, fue lo mejor que le pudo pasar a Aarón, salir de la Cultural para crecer ya que la Tercera División en aquel momento se le había quedado pequeña. En el club gallego disputó once encuentros y anotó tres goles que estuvieron a punto de dar la salvación al conjunto gallego que finalmente acabó descendiendo de categoría en el año que se hizo la transición al nuevo formato con la Primera, Segunda y Tercera RFEF.
Aarón Piñán volvió a León por todo lo alto, pudiendo convertirse en profeta
Aarón Piñán cayó de pie en León al volver de su exitosa cesión en tierras gallegas ya que, al frente del primer equipo se encontraba Ramón González, el que fue su entrenador durante tres temporadas. En ese momento la suerte de Aarón cambió por completo y todo empezó a salirle como si de una estrella del fútbol se tratase, desde golazos sin precedentes en la pretemporada hasta una primera vuelta espectacular con el primer equipo donde dejó a su paso actuaciones memorables frente al Racing de Santander y el Deportivo de La Coruña entre otros.
Con 33 partidos a su espalda en su primera temporada completa en Primera RFEF y con unas cifras espectaculares para ser extremo (11 goles y 4 asistencias) el leonés comenzó a escuchar «cantos de sirena» que le desconcentraron. Y es que, Aarón pudo ser profeta en su tierra ya que era uno de los jugadores más queridos en León, pero prefirió irse por la puerta de atrás el último día del mercado de fichajes para firmar por el Intercity y abandonar a los suyos en el año del Centenario, siendo para gran parte de la afición, una decisión egoísta.
De ser profeta en su tierra a ser villano, así es el fútbol, y es que, aunque Aarón rompiera a llorar en su despedida, la afición sabe que la decisión de quedarse pasaba por él y que de haber querido, este año no hubiera abandonado el barco dejándolo tocado pero no hundido, porque la Cultural está por encima de cualquier jugador al fin y al cabo.