Los primeros diez refugiados ucranianos ya se alojan en las instalaciones Buendía Altollano. Ucranianos llegados del horror de la guerra. Tal como indicó la dirección de los Centros Buendía Altollano, en nota de prensa, se ha cedido a la ONG Asociación Católica Española de Inmigrantes (Accem) una planta de su centro para acoger refugiados, con capacidad para casi un centenar de refugiados. Ahora son diez y se espera que, en las próximas semanas, lleguen más refugiados.
Los refugiados aislados de Altollano
El ofrecimiento incluye alojamiento y manutención en una zona «totalmente independiente». Y ahí quizá está la cuestión. Se trata de mujeres, niños y algún anciano que se encuentran «aislados» del resto de los residentes de la residencia. El grupo de ucranianos tiene vetada la entrada a otras zonas de las instalaciones así como el contacto con los residentes del centro. Incluso, según ha podido saber Digital de León, la plantilla ha recibido la orden de «no hablar, ni interactuar, ni acercarse» a los ucranianos.
Toque de queda para los refugiados de Altollano
Eso sí, se les permite la salida hasta las diez de la noche. Y, en caso, de no cumplir con este «toque de queda» no pernoctarán en las instalaciones.
Han llegado de la guerra, a un país totalmente desconocido, no hablan español y tienen por delante un futuro incógnito. Y están, en cierto modo, «aislados». Esos ancianos,que han dejado atrás una vida entera, no pueden recibir un abrazo de un residente que sienta su dolor como suyo; esas mujeres con el presente partido no reciben una sonrisa de consuelo; y esos pequeños, arrancados de su infancia, no tienen la suerte de recibir una carantoña de una de las trabajadoras.
¿Quién visita a los refugiados de Altollano?
El trabajador social de ACCEM es el único que les visita y les consuela. Una situación difícil de describir para unas personas que llegan aquí con la única esperanza de sobrevivir. Además de alojamiento y manutención su necesidad va más allá… necesitan el calor humano y volver a creer en la humanidad, esa que se pierde en los horrores de la guerra.