La picaresca es de lo más normal en España, en ocasiones se bromea con el tema de que se trata de un «deporte nacional». Pero hay cosas que más que picaresca cruza el umbral de lo ético. Es el caso al que se ha afrontado la Policía Local de León en las últimas horas. Ayer por la tarde, a eso de las 17:21, agentes municipales intervinieron una tarjeta de estacionamiento de personas de movilidad reducida, era de un muerto y la portaba una conductora.
Tras verificar la identidad de los datos de la tarjeta comprobaron que los datos de la tarjeta de aparcamiento para movilidad reducida correspondían a una persona fallecida. Agentes municipales verificaron que la conductora no era la titular de la tarjeta.
Tras la retirada de la susodicha tarjeta emprendieron las oportunas diligencias.