El Parlamento Europeo (PE) votó el jueves a favor de una resolución no vinculante para que la Comisión Europea (CE) revise la directiva que regula los cambios de hora a nivel europeo en primavera y otoño. El texto, aprobado con 384 votos a favor, 153 en contra y 12 abstenciones, pide a la Comisión que realice una evaluación exhaustiva del impacto sobre la salud del cambio horario y, en caso necesario, presente una propuesta para su revisión.
El PE concluyó que aunque ningún estudio científico ha llegado a resultados concluyentes, las investigaciones apuntan a la «existencia de repercusiones negativas sobre la salud humana». Además, los eurodiputados incidieron en la importancia de mantener un régimen horario unificado en la Unión Europea (UE) incluso si se decidiera acabar con el actual cambio de hora semestral y evitar que algunos países decidan abolir el sistema actual y otros mantenerlo. En este sentido, Polonia podría convertirse en el primer socio comunitario en suprimir el cambio de horario si llegara a prosperar una iniciativa parlamentaria que alega que el sistema europeo provoca «problemas de salud y, además, perjudica la economía polaca».
Desde 1974
El cambio se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad. La directiva europea actual se implantó en el 2001 y establece una fecha y hora comunes en toda la UE para los cambios de hora.
Esta medida ha contado desde sus inicios con detractores, quienes alegan que tiene efectos perjudiciales sobre la salud humana y animal, ligados a la secreción de melatonina, sustancia que regula el sueño.
El debate europeo sobre la conveniencia de mantener el actual sistema comenzó en el 2014, cuando la CE publicó un informe donde aseguraba que «los indicios sugieren que la modificación del enfoque armonizado no sería positiva para el mercado interior».